Centenario de las apariciones en Fátima
A medida que nos acercamos al 100 Aniversario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, la Fraternidad desea dirigir la atención de nuestros fieles más profundamente hacia la riqueza de conocimientos e historia que se encuentran dentro de estas apariciones. Por esta razón, queremos compartir con ustedes algunos artículos relacionados con este importante acontecimiento.
Fátima y el Ángel de la Paz
La historia de Fátima comienza realmente en el año 1916 cuando 3 niños: Lucía, de 9 años, Francisco, de 8 años y Jacinta, una niñita de 6 años, recibieron la visita de un Ángel en el valle de Cova de Iría, ubicado cerca del pueblo de Fátima en Portugal. Aquel día fue igual a tantos otros en los que los niños llevaban a pastar a las ovejas de sus padres. En ese día particular, a principios de la primavera de 1916, comenzó a llover y los niños se apresuraron para llegar a las faldas del cerro, al sur del pueblo, y resguardarse dentro de una pequeña cueva natural, llamada Cabeço. Ahí continuaron con sus juegos, comieron sus almuerzos y, como era la costumbre en todo Portugal, se arrodillaron para rezar juntos el rosario.
Apariciones de Nuestra Señora del Rosario
La historia de Fátima puede dividirse en tres grupos: las apariciones del Ángel en 1916, las apariciones de la Santísima Virgen María ocurridas de mayo a octubre de 1917 y las apariciones adicionales en donde Nuestra Señora solicitó la Reparación de los Primeros Sábados.
Los tres secretos de Fátima
Lo que generalmente se conoce como Tercer Secreto es la parte final y tercera de todo el secreto profético que Nuestra Señora reveló a los tres videntes el 13 de julio de 1917. Las otras dos secciones del Secreto (la visión del infierno y el surgimiento de la Rusia Comunista) fueron reveladas públicamente con la divulgación de las memorias de Sor Lucía en 1940. La parte final de la revelación permanece en el Vaticano y todavía no ha sido revelada al mundo.
La consagración de Rusia: una petición de Fátima
La consagración de Rusia al Corazón Inmaculado fue solicitada por Nuestra Señora en varias ocasiones, comenzando en Fátima, Portugal en 1917. Esta consagración, tal y como fue pedida por Nuestra Señora nunca se ha llevado a cabo.
La devoción de los Primeros Sábados
El 10 de diciembre de 1925, Nuestra Bendita Madre volvió a aparecerse a Lucía en Pontevedra, España. Sor Lucía, quien en ese entonces era postulante en el Convento de las Doroteas, se encontraba en su celda cuando Nuestra Señora se le apareció, y colocando una de sus manos sobre su hombro le mostró, al mismo tiempo, en la otra un corazón rodeado de espinas. Junto a la Virgen María estaba el Niño Jesús suspenso en una nube luminosa.
El escapulario marrón y la Virgen de Fátima
Durante su aparición en Fátima del 13 de octubre de1917, la Santísima Virgen sostenía en su mano un escapulario marrón a la vez que se presentó como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Cuando se le preguntó a Sor Lucía por qué Nuestra Señora sostenía el escapulario, ésta respondió: “porque quiere que todos lo usen… pues es el signo de nuestra consagración a su Corazón Inmaculado.”
Boletines de la Cruzada Cordimariana
Aquí encontrará todos los boletines de la Cruzada Cordimariana, publicados en orden cronológico. En ellos se tratan temas interesantes que abarcan todo lo relacionado a las apariciones de Nuestra Señora en Fátima.
Carta a los Amigos y Benefactores n°86
En 1917, nuestra Señora se dignó visitar la tierra. Confió a los tres videntes de Fátima un mensaje compuesto de varias partes, algunas de las cuales quedaron agrupadas bajo el nombre de «secreto», de modo que «mensaje» y «secreto» de Fátima se convirtieron en sinónimos. No obstante, hay que distinguirlos. El mensaje fue comunicado inmediatamente. Las partes referentes al «secreto» estaban destinadas a divulgarse posteriormente, en diversas fechas, en 1960 a más tardar. Tratan de grandes acontecimientos en la Iglesia y en el mundo, relacionados con el modo de comportarse de los hombres con Dios. Se refieren a guerras, a la desaparición de naciones enteras, a graves errores difundidos en todos los continentes, a la consagración de Rusia por el Papa y los obispos, al triunfo del Corazón Inmaculado, y a tiempos de paz.
Fátima y Montfort
Si existen dos nombres que están destinados a hacer brillar a la Virgen María, son “Fátima” y “Montfort”. El primero encierra en sí mismo a María y su mensaje a los hombres, el segundo representa un presagio y es fiel intérprete de ese mensaje.