18 consejos de San Juan Bosco para estar siempre alegres

Fuente: Distrito de México

Para entender bien la importancia de la alegría católica, fruto del Espíritu Santo presente en nuestras almas, mencionaremos a San Juan Bosco, quien conociendo la importancia de la alegría, insistió mucho sobre ella en la educación.

El Libro del Eclesiástico afirma: «No dejes que la tristeza se apodere de tu alma, ni te aflijas a ti mismo con tus pensamientos». La alegría del corazón es la vida del hombre, y un tesoro inexhausto de santidad; el regocijo alarga la vida del hombre. «Apiádate de tu alma, agrada a Dios y sé continente; fija tu corazón en la santidad del Señor, y arroja lejos de ti la tristeza, porque a muchos ha matado, y para nada es buena» (Eclo 30, 22-25). 

Todos los que hacen verdaderamente penitencia pueden confirmar, en efecto, que por medio de las penitencias la esperanza del cielo y la alegría de servir a Dios crecen siempre en el alma. «La verdadera alegría, dice San Francisco, se encuentra en la penitencia».

San Juan Bosco, que nació hace exactamente 200 años, el 16 de agosto de 1815, conociendo la importancia de la alegría para la salvación de la juventud, insistió mucho sobre ella en la educación, alegría en Dios. He aquí sus consejos:

1. Para nosotros la santidad consiste en estar siempre alegres.

2. Alegría, estudio y piedad: este es el mejor programa para hacerte feliz y beneficiar a tu alma.

3. Muéstrate siempre alegre, pero tu alegría sea sincera.

4. Para ser bueno basta practicar tres cosas y todo te resultará a pedir de boca. ¿Cuáles son estas tres cosas? Alegría, estudio y piedad.

5. ¡Qué feliz me siento, viéndote alegre!

6. Estemos siempre alegres y ni cuenta nos daremos qué pronto pasa el tiempo.

7. No se puede pretender cosas extraordinarias de los jóvenes, sino lograr simplemente que sean buenos y que estén siempre alegres.

8. El cielo ayuda al hombre alegre.

9. El demonio tiene pánico de la gente alegre.

10. La alegría, la oración y la Comunión son nuestro sostén.

11. Si quieres una vida alegre y tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios.

12. Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías.

13. ¿Queremos estar siempre joviales y risueños? Es la obediencia que nos lleva a esa alegría.

14. Vuestras plegarias y alabanzas a Dios hacedlas no solamente con recogimiento de espíritu, sino con gozo y alegría de corazón.

15. Lo que alegra y halaga al cuerpo, debe beneficiar también al espíritu, para que así todo se disponga a la mayor gloria de Dios.

16. El Señor espera que le sirvan con gusto, porque haciéndolo con alegría y de corazón, se ama más a Dios.

17. Cuando el alumno se deja guiar por la obediencia, como una madre lleva de la mano a su hijo, reinará la paz y la alegría en nuestro Oratorio.

18. Conservando siempre vuestra alegría, os alejaréis del pecado.

Sepamos meditar, vivir y transmitir estos consejos de un santo que sabía perfectamente la necesidad de la alegría en la vida católica.

Aprovechando este tema de la alegría, preguntémonos: ¿qué alegría la escuela de mis hijos suscita a San Juan Bosco? ¿Qué alegría suscitaríamos a San Juan Bosco inscribiendo a nuestros hijos en el Instituto de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, bote salvavidas suscitado por Dios? Por cierto, un bote salvavidas no es cómodo, suscita muchas angustias, no tiene placas oficiales… Y a pesar de todos los pretextos que se pueden encontrar o inventar, tiene esta gran ventaja: salva, es decir, tiene y da todos los medios necesarios para la salvación.

Desde hace más de 10 años, más de 40 o 50 bebés reciben el bautismo cada año en nuestra capilla Nuestra Señora de Guadalupe. Los padres de estas almas se comprometieron a educar católicamente a sus hijos, no solamente en el sacramento de matrimonio, sino también presentándolos en el bautismo. ¿Dónde están estas almas? ¡No me digan que hemos tenido 40 o 50 entierros de niños cada año en la capilla! ¿En qué escuela están? ¿Sus hijos, qué alegría están recibiendo? Vigilemos todos que haya congruencia entre los compromisos tomados delante de Dios y lo que sus hijos reciben.

Para mostrarles la importancia de esta congruencia en los padres de familia, el Papa Pío IX, gran amigo de San Juan Bosco, escribió que si los padres de familia inscriben a sus hijos en escuelas laicas sin razón grave, el sacerdote puede negarles la absolución en confesión.

Su servidor, el Padre Donatien Lethu+


El Seamos Católicos es el boletín oficial del Priorato Nuestra Señora de Guadalupe de la Ciudad de México.

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