30° Aniversario de la llegada de la FSSPX a India

Fuente: Distrito de México

Monseñor Lefebvre envió a los sacerdotes Laroche y Fellay (hoy en día Monseñor Fellay) para explorar la posibilidad de abrir un priorato en India. El 3 de septiembre de 1986 fue oficialmente inaugurado. Fue ese día que escuchamos las palabras: Hoy, la salvación ha llegado a la India.

30 años de gratitud - Hoy, la salvación ha llegado a la India

Había una vez un hombre llamado Zaqueo, quien era un pequeño hombre que llevaba en su libro de cuentas cuánto dinero debía cada persona al gobierno federal. Para agravar la situación, tenía la reputación de abusar de manera deshonesta de los grupos que no le agradaban, imponiéndoles regularmente impuestos más elevados que al resto. En fin, Zaqueo tenía una horrible reputación e incluso hubo quien aseguraba que era el hombre más detestado de toda la ciudad de Jericó. Los aldeanos lo evitaban, su familia lo había repudiado y sus propios clientes habían puesto pancartas en sus patios donde se leía: No se acerque por aquí.

Fue así que una tarde pacífica, Zaqueo escuchó a un grupo de sus examigos hablar en uno de los patios. ¡Jesús viene a Jericó! –gritaban ellos–, ¡Estará aquí en una hora! Los ojos de Zaqueo se abrieron de par en par. ¿Será posible que el célebre Jesús de Nazaret venga a nuestro pequeño pueblo?, pensó. Zaqueo había oído muchos rumores acerca de Jesús. Muchas personas decían que era un hacedor de milagros enviado del cielo.

Yo debo ver a Jesús con mis propios ojos –se dijo a sí mismo–, Si él puede sanar a los otros, tal vez me podrá también perdonar por mis acciones deshonestas. A medida que la multitud se aglutinaba cerca de las puertas de Jericó para saludar al Salvador, Zaqueo se fue quedando atascado muy lejos de ellas y como era de estatura pequeña, no podía ver nada, ya que su cabeza quedaba más abajo que las demás de los que le rodeaban. ¡Qué horror! –pensó–, A esta distancia no podré ver nada.

Desesperado por su situación, Zaqueo saltó sobre el sicómoro más cercano y subió en él con todas sus fuerzas para tener una mejor vista. Jesús se aproximó inmediatamente al gran árbol. Se detuvo delante del sicómoro y levantó los ojos hacia sus ramas. Para gran sorpresa de toda la gente que estaba cerca, Jesús dijo: Hola Zaqueo, baja de este árbol porque hoy voy a comer en tu casa. Las personas estaban sorprendidas. ¿Por qué Jesús iba a comer en casa de Zaqueo? ¿Acaso no sabía quién era? Las personas comenzaron a murmurar: Jesús será el invitado de un pecador...

Zaqueo sabía bien que él había hecho mal a los habitantes de Jericó. Por ello, cuando Jesús llegó a su puerta, confesó todo a Nuestro Señor, y en voz alta declaró: Estoy profundamente arrepentido por los pecados de mi vida pasada, y con un firme propósito le declaró a Jesús: Voy a distribuir la mitad de mi fortuna entre los pobres y, a aquéllos de quienes he abusado, les reembolsaré el cuádruple. Jesús leyó en el corazón de Zaqueo y supo que tenía la intención de realizar lo que decía. Jesús supo que Zaqueo tenía verdadera contrición por sus faltas. Hoy, –dijo Jesús a modo de bendición– la salvación ha llegado a esta casa.

Esta historia célebre contada en el evangelio de San Lucas, sirve de alegoría para un evento que tuvo lugar recientemente en el siglo XX. De la misma manera en que Jesús entró en la casa de Zaqueo hace 2,000 años, así la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha honrado a la India con su llegada hace 30 años.

A diferencia de muchos países, la lucha por la Tradición Católica después de Vaticano II, había sido muy silenciosa y de poca importancia en la India. La mayoría del país es pagano, por lo que había muy pocos católicos listos para tomar posición en contra de las novedades en el seno de la Iglesia. Únicamente existía en la India un pequeño grupo de católicos tradicionales con el deseo de la misa en latín. Y fue este pequeño grupo ferviente el que brincó en el sicómoro e interpeló con voz fuerte al famoso prelado.

Monseñor Marcel Lefebvre escuchó el grito proveniente del árbol y aproximándose, dijo a las personas de la India: Esta tarde, yo debo quedarme en su casa. Y las personas empezaron a murmurar: Es el invitado de un país pagano…

Monseñor Lefebvre envió a los sacerdotes Laroche y Fellay (hoy en día Monseñor Fellay) para explorar la posibilidad de abrir un priorato en la India. El 3 de septiembre de 1986, fue oficialmente inaugurado. Fue ese día que escuchamos las palabras: Hoy, la salvación ha llegado a la India.

Sí, Zaqueo recibió el perdón. Pero recibió algo más, algo mucho más grande: ¡A Nuestro Señor! Nuestro Señor que fue a quedarse en su casa. ¿Qué más puede pedir? Él, el Emmanuel, estuvo en casa de Zaqueo.

Y así, nuestro país, la India, ha recibido una bendición similar. Las tres últimas décadas han sido un periodo de gran gracia para nuestro pobre país. La Fraternidad San Pío X ha trabajado sin descanso en la viña de la India. Los sacerdotes de la Fraternidad han establecido el Reino de Dios en nuestro suelo. Ellos representan la más grande bendición de Dios a nuestro país.

Gracias a la presencia de la Fraternidad San Pío X y de sus sacerdotes… ¿cuántos Sacrificios se han ofrecido desde 1986? ¿Cuántos sacerdotes han descubierto la misa de siempre? ¿Cuántas almas son ahora nutridas de la verdadera doctrina y de la piedad? ¿Cuántos pecadores son absueltos de sus pecados? ¿Cuántas almas tienen ahora acceso a los sacramentos?

¿Cuál sería la situación si la Fraternidad no hubiera estado aquí? ¿Las personas hablarían hoy en día de la Tradición en nuestro país? ¿Y la misa en latín? ¿Y qué pasaría con esas muchas almas necesitadas, especialmente las de los pequeños? ¿Tendrían el acceso al trono de la gracia? ¿Al Corazón de Jesús ardiente y lleno de tierno amor?

Proclamemos con convicción los sentimientos de Zaqueo: ¡Gracias, querida Fraternidad San Pío X! ¡Gracias, Monseñor Lefevbre! ¡Gracias, Monseñor Fellay! ¡Gracias, R. P. Schmidberger! ¡Gracias, R.R. P.P. Stehlin y Couture! ¡Gracias a Dios y a María!

R. P. Theresian Babu XAVIER, sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, Prior de Palavamkottai.

Fuente: La Porte Latine, 13 de mayo del 2016