¿Abrir la ventana cuando sopla el huracán?
El pasado 12 de mayo del 2016, el Papa Francisco recibió a los superiores de las congregaciones religiosas de todo el mundo. Una de las monjas, ahí presentes, le preguntó lo siguiente: “¿Qué impide a la Iglesia incluir mujeres entre los diáconos permanentes, al igual que ocurría en la Iglesia primitiva? ¿Por qué no crear una comisión oficial que pueda estudiar el tema?”
El Papa respondió a la pregunta con 3 propuestas: En primer lugar (la parte más larga de su respuesta), señaló que hubo un tiempo en el que él mismo estuvo interesado en esa pregunta, y que recibió la ayuda de un teólogo sirio, pero que aun así reconocía que su conocimiento sobre el tema era limitado. En seguida, afirmó que iba a solicitar a la Congregación para la Doctrina de la Fe que le preparara un documento para que pudiera aprender y profundizar más al respecto, ya que el estado de las diaconisas en la antigüedad no es muy claro por el momento. Finalmente, dijo: “Quiero establecer una comisión oficial que pueda estudiar el tema: creo que hará bien a la Iglesia aclarar este punto”.
Esta última afirmación improvisada causó mucha controversia, y creo que ésta no carece de fundamento. Primero, porque en el 2003 la Comisión Teológica Internacional publicó un documento titulado: "El diaconado: Evolución y Perspectivas", parte del cual se ocupa de las diaconisas. En dicho documento se llegó a la conclusión de que ellas no se encuentran en el mismo plano sacramental que los diáconos. De entrada, la Comisión que el Papa quiere “establecer” ya existió anteriormente.
Al responder así, el Soberano Pontífice reabre, sin previo aviso, otro capítulo en la historia que va a crear falsas esperanzas e inútiles discusiones, sin llegar finalmente a nada tangible y concreto… sólo se ocasionará más desorden en la Iglesia. Tanto en la prensa, como en los titulares del diario francés La Croix ya se lee: “El Papa Francisco relanza el debate sobre el diaconado femenino”.
Abrir una ventana en tiempos estables, y sólo en caso de que pueda existir una verdadera utilidad, es posible e incluso hasta razonable. Pero en tiempos de huracanes ocurre lo contrario, hay que evitar abrirla porque se corre el riesgo de que sea arrancada por el viento y que el agua entre en la casa poniendo en peligro a los habitantes.
Es un eufemismo decir que la Iglesia Católica “no va muy bien”. De hecho, va muy mal y hay una notable y grave crisis de vocaciones. Hace falta que se dediquen muchos esfuerzos a reclutar sacerdotes. Hoy en día, todo aquello que siembre la confusión acerca de la identidad del sacerdote, todo lo que implique la vida sacerdotal, todo lo que traiga tormenta y confusión en la Iglesia… se debe evitar: es una medida simple de sentido común.
R.P. Christian Bouchacort, Superior del Distrito de Francia de la FSSPX.
Fuente: La Porte Latina.