¿Annibale Bugnini, el sepulturero de la Misa católica, fue masón?

Fuente: Distrito de México

A mediados de julio de 1975, Mons. Bugnini, quien hizo más daño a la Iglesia católica que Lutero, y la Revolución sangrienta, "se retiró de puntillas" de la habitación que había ocupado durante años. ¿Qué había pasado? ¿Por qué Pablo VI, que siempre lo apoyaba, de un día para otro lo desterró? En este interesante artículo, el Padre Michel Boniface, de la FSSPX, nos adentra en este tema.

El 12 de septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli publicó en su revista Osservatore Politico un artículo titulado "La gran logia vaticana". En él se decía que el 17 y el 25 de agosto la agencia Euroitalia había dado los nombres en código, el número de matrícula y la fecha de iniciación a la masonería de muchos eclesiásticos. En dicha lista, en el n° 25, aparecía Monseñor Bugnini bajo el nombre de "Buan". Según Michael Davies, un sacerdote romano de la más alta reputación entró en posesión de evidencia por la cual consideró demostrado que Mons. Bugnini era francmasón; hizo que esa información fuera puesta en manos de Pablo VI con la advertencia que si no se tomaban inmediatamente medidas, se vería en conciencia obligado a hacer público el asunto. Monseñor Bugnini fue entonces despedido y la congregación disuelta. 

La revista "30 Días" en el n° 57, en español, publicó dos cartas que supuestamente habría intercambiado Bugnini con un Gran Maestro masón: "Incomparable Gran Maestro... La desacralización avanza a un ritmo acelerado. [...] Ya podemos cantar victoria, porque el lenguaje vulgar es soberano en toda la liturgia, incluidos sus componentes esenciales... La mayor libertad se le dio a elegir entre las fórmulas diferentes, a la creatividad individual, y... ¡el caos!... En resumen, con este documento creo que han de difundir el principio de libertinaje máximo, de acuerdo con sus deseos. Luché duro contra mis enemigos de la Congregación para los Ritos, y tuve que usar toda mi astucia para que el Papa lo apruebe [...] Te abrazo, tu hermano Buan" (2/06/1967).

"Su servicio a la liturgia se terminaba, inesperada, casi dramáticamente, sin ninguna explicación posible." [1] En enero de 1976, fue mandado como Pro-nuncio en Irán. Un puesto artificial para enmascarar su destierro. ¿Qué había pasado? Mientras que su compañero Antonelli fue nombrado Cardenal, Bugnini, el secretario perpetuo y todopoderoso, estaba desterrado. Fue acusado de ser masón. Él se defendió.

Masón o no, de todos modos el Padre Bugnini hizo exactamente lo que los masones querían y anunciaban desde hace siglos: desacralizar la Iglesia y su Culto. Lo que hicieron Bugnini y los liturgistas modernistas, "la gente más idealista e inofensiva con que cuenta la Iglesia" [2], es una revolución en Tiara, capa y la cruz en la mano, en nombre de la Iglesia y del Papa. Por la liturgia se inculca la fe y el sentir católico. Lex orandi, lex credendi

La "reforma Bugnini-Pablo VI" afecta la fe católica y la vida de los católicos; su futuro está en peligro en muchos lugares. Pensaron hacer una obra maravillosa, y llevaron a la Iglesia a las ruinas espirituales y morales que conocemos. En efecto, todos deben saber que:

Tal es la naturaleza de nuestra religión, que un solo error en un dogma fundamental, echa por los suelos no solamente el sistema doctrinal, sino también el tipo cristiano de vida." [3]

En su libro "La Misa de Siempre" (páginas 385-386), Monseñor Marcel Lefebvre dice:

Nosotros queremos guardar la fe y continuar la Iglesia. Queremos guardar la fe católica a través de la misa católica y no de una misa ecuménica, que aún si es válida y no es herética, favorece la herejía."

Fuente: Dios Nunca Muere, Invierno 2016 - Verano 2017, N° 52


[1] A. Bugnini, La Reforma de la Liturgia, BAC 2014, Pág. 21.

[2] M. Davies, Liturgical times bombs, in Vatican II, Tan 2003, págs. 15-19.

[3] A. Bugnini, La Reforma de la Liturgia, BAC 2014, pág. 26.

[4] L. Hertling. Historia de la Iglesia, Herder 1968, pág 102.