Benedicto se sintió "feliz" con Francisco

Fuente: Distrito de México

En este artículo, hablaremos sobre algunos puntos relevantes de la recién publicada autobiografía de Benedicto XVI.

El viernes 9 de septiembre del 2016 se empezó a comercializar en Italia el libro autobiográfico de Benedicto XVI, escrito en forma de entrevista con Peter Seewald, cuyo título es Ultime conversazioni [Últimas conversaciones], que en próximas semanas será publicado en otros idiomas.

Aunque la obra aborda numerosos aspectos de la vida personal de Joseph Ratzinger, los puntos que más atención inicial han suscitado son los que se refieren a su renuncia y a su reacción tras ser elegido el cardenal arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, como su sucesor.

Benedicto XVI es autocrítico con sus condiciones para el gobierno: “Un punto débil, a lo mejor, es la poca resolución en gobernar y tomar decisiones. Aquí la verdad es que soy más bien un profesor, alguien que reflexiona y medita sobre las cuestiones espirituales”. “El gobierno práctico no es mi punto fuerte y esto ciertamente es una debilidad”, añade, pero aclara que no se siente “un fracasado”.

Entre los momentos “difíciles” de su pontificado señala tres: los casos de abuso sexual, el llamado “caso Williamson” y Vatileaks, pero no siente que todo fuese negativo: “Durante ocho años presté mi servicio… Ha sido un periodo en el cual muchas personas han encontrado una nueva vía para la fe y hubo un gran movimiento positivo”.

Admite que había un lobby gay en el Vaticano, pero que lo conformaban cuatro o cinco personas y fue desmantelado. Su renuncia no se debió a intrigas ni chantajes, afirma: “Uno no puede irse si eso implica huir. Uno sólo se puede ir cuando nadie lo exige”, y el momento en el que él lo hizo fue “cuando se había restablecido la calma”.

Respecto a la elección de Francisco, confiesa que “nadie se lo esperaba”: “Yo lo conocía, naturalmente, pero no pensé en él. En este sentido, fue una gran sorpresa. No pensé que estuviese en el reducido grupo de candidatos. Cuando escuché su nombre, primero me sentí inseguro. Pero cuando vi cómo hablaba, de Dios por un lado y de los hombres por otro, me puse de verdad muy contento. Y feliz”.