Breve retiro cuaresmal en el Priorato de León - 28/03/3030
Alrededor de 50 personas atendieron la invitación de los padres del Priorato de León para asistir el sábado 28 de marzo a un breve retiro cuaresmal en preparación para la fiesta de Pascua. A las 4:00 p.m., empezó la charla dada por el Prior, el R.P. Gardère, sobre el tema de la conversión.
¡Tiempo de Pasión – tiempo de conversión!
Dice Dios: "No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva".
El predicador empezó su charla con el ejemplo de los Ninivitas, que siguieron la exhortación del profeta Jonás anunciando la ruina de la ciudad por parte de Dios debido a sus culpas, si no se arrepentían y hacían penitencia. El rey, la casa real, todos los ciudadanos, incluso sus animales, empezaron a ayunar, llorar y pedir perdón a Dios por sus pecados. Y sí, Dios se ablandó y no dejó caer el castigo sobre la ciudad. Igualmente, las conversiones de Santa María Magdalena o de San Agustín son ejemplos ilustrativos para todos nosotros. Cada uno de ellos recibió la gracia de la conversión, señaló el predicador, para enderezar su camino hacia Dios, quitar lo que detiene nuestro progreso en el camino de la santificación. Y añadió: Aprovechemos la gracia, abracémosla como estos grandes santos. Dios mismo quiere nuestra conversión y nos ayuda a mejorar – cada día un poco más. "He aquí que Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo", dice Nuestro Señor Jesucristo. (Apoc. 3,20). También citó el Padre a San Gregorio Magno: "Dios rechaza al pecador y recoge el penitente".
Después de estos pensamientos, los fieles tuvieron un tiempo libre para meditar las palabras escuchadas y tomar propósitos. Hubo muchos que aprovecharon para confesarse, quitarse de nuevo los pecados que agravaron su alma y la relación con Dios. El Viacrucis permitió a todos los participantes considerar los sufrimientos y la muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Nuestro Salvador quiso sufrir libremente, por cada uno de nosotros.
El retiro terminó con el Sacrificio de la Santa Misa: "Oh Dios, que prefieres compadecerte antes que airarte con los que esperan en Ti: concédenos llorar dignamente los males que hicimos; para que merezcamos hallar la gracia de tu consolación. Por Cristo Nuestro Señor. Amen". (Oración sobre el pueblo)