Cardenal Burke: “La Iglesia está asediada por la confusión y el error"

Fuente: FSSPX Actualidad

Raymond Leo Cardenal Burke.

Para su cuarta reunión anual, que finalizó el 19 de mayo del 2017, el Foro Romano de la Vida tuvo el honor de recibir algunos invitados, entre ellos Monseñor Athanasius Schneider y dos de los cardenales que firmaron la Dubia sobre la Exhortación Apostólica Amoris laetitia del Papa Francisco. Los temas que se trataron fueron: Fátima y la crisis moral y doctrinal de la Iglesia.

Probablemente no muchos lectores estén familiarizados con el Foro Romano de la Vida: sus organizadores explicaron que esta reunión está "abierta a todos aquellos que tengan, o deseen, un cargo directivo en el movimiento sobre la vida y la familia - ya sea internacional, nacional o en su comunidad o parroquia local."

En este momento tan crítico para la Iglesia, es más importante que nunca que estos líderes se reúnan para defender y promover las enseñanzas católicas sobre la familia.

La última reunión del Foro fue llevada a cabo en el umbral del Vaticano el 18 y 19 de mayo, contando con la presencia de varios prelados de alto rango, quienes últimamente han estado en el ojo del huracán por la reciente controversia alrededor de la Exhortación Apostólica Amoris laetitia. Uno de los principales temas de la reunión fue demostrar la conexión entre el mensaje de la Santísima Virgen María en Fátima, dado hace exactamente cien años, y la actual crisis en la Iglesia y en la sociedad.

El primer discurso digno de mención fue dado por Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Astana en Kazajstán, quien habló a la audiencia de la emoción que sintió al estar presente el 13 de mayo en la catedral de Nuestra Señora de Fátima en Astana, para la consagración explícita de Rusia al Corazón Inmaculado de María hecha por todos los obispos de la región, incluyendo los de Rusia.

El segundo día del Foro, dio un discurso el cardenal Carlo Caffarra, uno de los cardenales que firmaron la famosa Dubia donde solicitan al Papa Francisco un muy necesario recordatorio de la doctrina católica sobre la santidad del matrimonio.

El cardenal aprovechó la oportunidad para citar las palabras atribuidas a la Hermana Lucía de Fátima sobre lo que la vidente llamó "la última batalla": librada entre Dios y Satanás, que será sobre "la familia y el matrimonio, y todos los cristianos tendrán el deber de testificar en ella."

Citando el ejemplo del Padre Pío, con quien los italianos están muy familiarizados, el cardenal concluyó diciendo:

Cuando leí las biografías oficiales del Padre Pío, me impresionó saber la importancia que le daba este hombre a la santidad del matrimonio, al carácter sagrado de las parejas casadas, mostrándose algunas veces justamente estricto al respecto, y en más de una ocasión.

El Cardenal Raymond Burke fue el último en subir al estrado: después de explicar el mensaje de Fátima en toda su extensión y hacer una reflexión sobre los pedidos hechos por la Santísima Virgen, el cardenal exhortó a los fieles católicos a trabajar para la "consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María".

El prelado también mencionó la consagración del mundo al Corazón Inmaculado realizada por el Papa Juan Pablo II en 1984, sin que nombrara explícitamente a Rusia. Sobre esto, el cardenal Burke declaró:

Sin duda alguna, el Papa Juan Pablo II consagró al mundo, incluyendo a Rusia, al Corazón Inmaculado el 25 de marzo de 1984. Pero hoy, se vuelve a escuchar la petición de Nuestra Señora de consagrar Rusia a su Inmaculado Corazón, siguiendo sus instrucciones explícitas.

Sin aventurarse a realizar una interpretación arriesgada de la tercera parte del secreto de Fátima, el cardenal habló contundentemente sobre la crisis en la Iglesia:

El Tercer Secreto está dirigido, con una fuerza particular, a aquellos que ejercen un cargo pastoral en la Iglesia. Su silencio y no enseñar la fe, con fidelidad a las constantes enseñanzas y prácticas de la Iglesia, sino mediante un enfoque superficial, confuso o incluso mundano, representa una amenaza mortal, en el más profundo sentido espiritual, para las almas de aquellos que les han sido consagrados espiritualmente. Las frutas envenenadas, resultado de lo anterior, pueden verse en la forma de adoración, enseñanza y disciplina moral que no está en sincronía con la Ley Divina.

La última observación del cardenal estadounidense arrojó un poco de luz sobre esta crisis: "Actualmente, la Iglesia se ve asediada por la confusión y el error incluso en algunas de sus enseñanzas más fundamentales y perennes." Estos errores y confusiones "permanecen sin ser corregidos", mientras somos testigos de una "aceptación sentimental de una cultura secular" dentro de la Iglesia.

Todo lo anterior justifica más que nunca la excelente idea detrás de la creación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, expresada por su fundador, Monseñor Marcel Lefebvre, en su catedral en Dakar:

Frente a la degradación progresiva del ideal sacerdotal... de transmitir el Sacerdocio católico de Nuestro Señor Jesucristo en toda su pureza doctrinal y su caridad misionera, tal y como Él lo confirió a sus apostóles, tal y como la Iglesia romana siempre lo había transmitido hasta mediados del siglo veinte.

Fuentes: Voice of the Family/ Reinformation.tv / Chiesa e postconcilio – FSSPX.News 5/26/17