Compromisos definitivos con la FSSPX de cuatro sacerdotes en el Distrito de México

Fuente: Distrito de México

El Capítulo General de 2018 tomó la decisión de que todos los miembros de la Fraternidad San Pío X deberán hacer sus compromisos definitivos con la Fraternidad antes de recibir el orden sacerdotal. En la fiesta de la Inmaculada Concepción, un gran número de sacerdotes ya ordenados para la FSSPX dieron el trascendental y maravilloso paso para comprometerse con la obra de la Fraternidad San Pío X "ad vitam".

Al escribir los Estatutos de la Fraternidad San Pío X, a finales de la década de 1960, Monseñor Marcel Lefebvre estaba convencido de que la crisis en la Iglesia después del Concilio Vaticano II sería de corta duración. Por lo tanto, decidió que los miembros renovarían regularmente sus compromisos temporales por un período de 10 años, antes de realizar sus compromisos finales y perpetuos con la Fraternidad. Una vez que la crisis hubiera terminado, los miembros podrían regresar fácilmente a las diócesis o a las diversas comunidades religiosas después de su regreso a la Tradición.

La crisis continúa 

La misma crisis ha persistido durante 50 años y, lamentablemente, el final no se espera pronto. Lo que todo el mundo puede ver hoy es un empeoramiento de la situación: las desviaciones doctrinales, la jerarquía disfuncional y los escándalos marcan el rostro de la Iglesia. No parece que los responsables tomen las medidas necesarias para remediar el daño.

Consolidar la obra de la Tradición

En medio de esta crisis, frente a la oposición constante, la Fraternidad cuenta ahora con 700 sacerdotes miembros, de los cuales la mayoría han hecho ya sus compromisos finales y se han entregado a trabajar para la Fraternidad por el resto de sus vidas. Sin embargo, los subdiáconos, diáconos y sacerdotes más jóvenes aún se encuentran en una situación precaria: después de haber recibido las órdenes mayores, se han comprometido a trabajar como sacerdotes durante toda su vida, mientras que su compromiso con la Fraternidad sigue siendo temporal.

Durante el Capítulo General, en julio de este año, se tomó la decisión de ajustar la situación de la Fraternidad San Pío X a la regla general en la Iglesia, recibiendo a los miembros de manera permanente y definitiva primero, para darles un hogar y una familia permanente, y solo entonces poder recibir las órdenes mayores.

En la fiesta de la Inmaculada Concepción, los diáconos que serían ordenados en 2019 hicieron sus compromisos finales en la Fraternidad. En el Distrito de México, cuatro jóvenes sacerdotes, tres mexicanos y un estadounidense, hicieron sus compromisos finales y definitivos: los Padres Luis Rodríguez Ibarra, Christopher Hone, Pablo Antonio Guiscafré Musalem, y en Guadalajara, el Padre José Mota.

Verdaderos discípulos de Cristo

Primero, tienen que ser verdaderos discípulos de Cristo, aceptando cargar con su Cruz todos los días, buscando una vida de pobreza y de imitación de Cristo, siendo mansos y humildes de corazón.

Las virtudes y hábitos clave de un sacerdote de la Fraternidad deben ser la virtud de la justicia, que hace que el sacerdote dé a Dios primero lo que le debe: verdadera piedad, vida de oración y servicio y las virtudes de la pobreza y la castidad.

Finalmente, los sacerdotes de la Fraternidad se comprometen a hacer del Sacrificio de la Santa Misa en su forma tradicional el centro de su trabajo sacerdotal; se dedican a administrar el sacramento de la confesión como el principal medio de santificación de las almas, y prometen predicar y enseñar la fe católica en su pureza e integridad.