Comunicado del Superior del Distrito de México sobre la situación actual

Ciudad de México, a 18 de marzo de 2020.

Queridos Fieles:

Debido al caos que el pequeño virus ha causado en México, y en el mundo entero, quisiera dar algunas normas para estos tiempos difíciles:

1. Vamos a seguir las directrices que el Gobierno y las Autoridades Sanitarias dicten, tanto para todo el país como para los diferentes estados y municipios.

2. Los horarios de Misas en los Prioratos y Centros de Misa, continúan normalmente. No es tiempo de cerrar iglesias y suprimir Misas.

3. Se recuerda a las personas de edad avanzada o enfermos (aunque sean niños), que las presentes circunstancias los dispensan del precepto de asistir a Misa dominical. Se recomienda sigan las disposiciones gubernamentales y permanezcan en sus casas para evitar el ser contagiados o contagiar a otros.

4. En el mismo sentido, recordamos que, debido a las circunstancias que vivimos, todos los contactos físicos para demostraciones de respeto, cariño y/o amistad (saludos de manos, besos, abrazos, beso de la mano, etc.), pueden ser omitidos.

5. La Comunión Sacramental sólo es distribuida en la boca, no se distribuye en la mano bajo ninguna circunstancia.

6. Las medidas adoptadas para estos tiempos difíciles, nunca deben ser en detrimento o poniendo en riesgo la ortodoxia en la Doctrina, la Liturgia y los Sacramentos.

7. Para aquellos que estén impedidos o tengan reparo en comulgar sacramentalmente pueden hacerlo de manera espiritual, y ello con abundante fruto, tal y como enseña la Iglesia. Pueden servirse de las fórmulas que constan en los misales.

8. Conforme las circunstancias se vayan presentado, vamos a tomar las decisiones pertinentes siguiendo lo estipulado en los puntos anteriores.

Algunos consejos y recomendaciones:

1. Todo fiel cristiano está obligado a santificar el domingo, aun si las circunstancias le impiden la asistencia a la Misa Dominical, supliendo ésta por convenientes ejercicios de piedad (Rosario, meditación, lectura espiritual, lecturas de la misa, etc.) durante un tiempo significativo, que puede ser el equivalente a una misa rezada.

2. La histeria, desesperación y/o desesperanza nunca han sido el espíritu de la Iglesia, además de que no ayudan en nada. Levantemos los ojos a Nuestro Señor y pidamos perdón por nuestras culpas que nos han hecho acreedores de los males presentes y de muchos otros más.

3. Pidamos a Nuestro Señor y a Nuestra Señora su protección y ayuda en estos tiempos difíciles, para ello les pido añadir a sus oraciones diarias las siguientes:

• Un misterio adicional al Rosario diario
• Recitar la siguiente oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”
• Terminando con la jaculatoria: “Santa María de Guadalupe, Esperanza nuestra, Salva a Nuestra Patria y Conserva Nuestra Fe”

En las Misas celebradas por los Sacerdotes de nuestro Distrito, se añade a la Misa del día, las oraciones para pedir por la “preservación de la muerte en tiempo de peste”.

No olvidemos que por el pecado entró el mal al mundo, y que todo mal, incluyendo el que nos acoge, es consecuencia del mismo pecado.

En este tiempo de crisis y aprovechando el tiempo de Cuaresma, es necesario redoblar nuestras oraciones y sacrificios, uniéndonos estrechamente al Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo que se ofrece en la Santa Misa de siempre, a fin de alcanzar misericordia.

Deseándoles una feliz fiesta del Patriarca San José a los 150 años como Patrono de la Iglesia Universal.

Con mi bendición,

Padre Jorge Amozurrutia Silva