Conmemoración de todos los Fieles Difuntos - 2 de noviembre
Pidamos a Jesús y a su Santísima Madre por todas las almas del purgatorio, y sobre todo por las de nuestros padres, parientes, benefactores, amigos y enemigos, y también por aquellas almas que no tengan a nadie que rece por ellas.
En el purgatorio hasta el fin del mundo
Nuestra Señora mencionó el purgatorio cuando, durante la primera aparición en Fátima, en mayo de 1917, Lucía le preguntó sobre las almas de dos jóvenes aldeanas, quienes habían fallecido recientemente.
La Virgen respondió que la primera, María das Nevas, quien murió a los 16 años de edad, estaba en el cielo. Pero de Amelia, una joven que murió de 18 años, dijo: "estará en el purgatorio hasta el fin del mundo". La revelación del prolongado período de expiación de Amelia nunca deja de asombrar y preocupar. Nos engañamos muy fácilmente creyendo que el cielo es nuestro "derecho" natural.
Nuestra Señora quiso darnos a conocer esto para nuestra formación, y sería una presunción necia intentar disputar los juicios de Dios. Sólo Él, que conoce íntimamente cada alma, la abundancia de gracias que le concedió, el grado de conocimiento que tuvo de sus faltas y la naturaleza de su arrepentimiento, puede juzgar la gravedad del pecado.
Almas pobres y santas
Llamamos "pobres" a estas almas porque no pueden hacer nada para ayudarse a sí mismas, dependiendo completamente de nuestra caridad ofrecida por ellas; las llamamos "santas" porque son salvas, amadas por Dios y seguras de su salvación.
Las pobres almas que languidecen en el purgatorio, ya no pueden adquirir méritos para sí mismas; dependen de la caridad de los vivos. Este es el hermoso "secreto" del purgatorio, tal y como nos lo recuerda San Juan Crisóstomo: "Aliviamos a los muertos no con nuestras lágrimas, sino por medio de la oración y limosnas". Sólo nosotros, la Iglesia Militante, podemos obtener indulgencias para los fieles difuntos.
Proporcionemos alivio y liberación
Además de las indulgencias especiales concedidas por la Iglesia al inicio del mes de noviembre, tenemos otros medios para ofrecerles alivio y pronta liberación: La Santa Misa, el Rosario, las limosnas y los sacrificios, particularmente el ayuno.
Debemos tener presente que la condición para obtener méritos es el estado de gracia, y como la generosidad de Dios nunca puede ser superada, no solamente permite que nuestros sufrimientos ayuden a las almas del purgatorio, sino que con estas mismas acciones podemos obtener méritos también para nosotros, estrechar nuestra unión con Dios y, por lo tanto, alcanzar un mayor grado de gloria en el cielo por toda la eternidad.
He aquí la oración de Santa Gertrudis, cuya fiesta se celebra el 17 de noviembre. Muchas publicaciones afirman que rezando esta oración se pueden liberar 1,000 almas del purgatorio. Aunque, en principio, es verdad que una oración dicha por un santo puede agradar tanto a Dios que decidiera liberar una o varias almas del purgatorio, existe evidencia contra esta afirmación: esta promesa no se menciona en ninguno de los escritos de Santa Gertrudis y la Iglesia ha condenado dichas afirmaciones, prohibiendo incluso la impresión de cualquier tipo de imagen que contenga estas promesas. (Congregación de las Indulgencias, AAS 31, p. 727 y 32, p. 243, Regula VIII, 1898 - 1899).
Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de tu Divino Hijo, Jesús, en unión con todas las Misas celebradas a través del mundo en este día, por todas las almas del purgatorio, por todos los pecadores, por los pecadores de la Iglesia universal, por aquellos dentro de mi propia casa y familia. Amén."
Desde el día 1 al 8 de noviembre se puede ganar cada día una indulgencia plenaria aplicable a las almas del purgatorio, visitando un Cementerio y rezando allí por los difuntos. El día 2 de Noviembre vale también la visita de una Iglesia. Las Condiciones generales para ganar una Indulgencia plenaria son:
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Fuente: District of the U.S.A.