Consagración de Polonia a Cristo Rey - noviembre 2016

Fuente: Distrito de México

El presidente polaco, Andrzej Duda, durante el acto de reconocimiento en la Iglesia de la Divina Misericordia, en Cracovia.

El pasado 19 de noviembre de 2016, Polonia se unió a Perú y Ucrania en las recientes consagraciones públicas de sus países a Cristo Rey y al Inmaculado Corazón de María. Pidamos a Nuestro Señor nos conceda la dicha de ver a nuestros países consagrados a Él y a su Santísima Madre.

Durante una ceremonia solemne celebrada en la iglesia de la Divina Misericordia en Cracovia, los obispos católicos de Polonia reconocieron oficialmente a Cristo como rey de Polonia. La ceremonia, que tuvo lugar el 19 de noviembre de 2016, contó con la presencia del presidente de Polonia, Andrzej Duda. Este acto de consagración se repitió en todas las iglesias de Polonia el domingo 20 de noviembre, día en que se celebra la Fiesta de Cristo Rey en la mayor parte de la Iglesia Católica Romana, según el calendario litúrgico revisado de 1970.

Este reconocimiento de la realeza de Cristo es laudable, en particular porque tanto el Oficio Divino como la Misa para la Fiesta de Cristo Rey eliminaron todas las referencias tradicionales sobre el reinado terrenal de Nuestro Señor. Estos desafortunados cambios, que fueron hechos para aplacar la creencia liberal de que la Iglesia no debería tener ningún papel en la vida política, afortunadamente no detuvieron a los obispos polacos de seguir las enseñanzas establecidas en la encíclica de Pío XI Quas Primas.

 

La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes”.

Durante el aniversario de la conversión de Polonia

 

La decisión de declarar a Cristo el Rey de Polonia llega durante el aniversario 1,050 del bautismo de Polonia, el cual tradicionalmente se atribuye al Sábado Santo del 14 de abril del año 966, cuando Mieszko I, el primer gobernante de Polonia, fue recibido en la Iglesia Católica. Aunque muchos de sus súbditos siguieron siendo paganos, la ardua labor misionera que tuvo lugar durante los siglos posteriores al bautismo de Mieszko, tuvo como resultado la total cristianización del país para finales del siglo XII. La conversión de Polonia sucedió durante un momento providencial, cuando otros reinos eslavos, incluyendo la Rus de Kiev, en 988, comenzaron a llevar la luz de Cristo a los pueblos que habían estado sumergidos en la oscuridad de la superstición e idolatría. 

Otras naciones se unen a las consagraciones públicas

 

La declaración de la Realeza de Cristo sobre Polonia ocurre luego de otros dos actos recientes de consagraciones nacionales. Primero, el 21 de octubre de 2016, el Presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, consagró su país al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María durante un desayuno de oración nacional:

 

Yo, Pedro Pablo Kuczynski, Presidente de la República del Perú, con la autoridad que se me ha otorgado, hago un acto de consagración de mi persona, mi familia y la República del Perú al amor y protección de Dios Todopoderoso a través de la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María”.

Luego, dos días después, el Patriarca ucraniano greco-católico, Sviatoslav Shevchuk, consagró Ucrania, durante una ceremonia en Fátima, al Inmaculado Corazón de María con las siguientes palabras:

 

María, nos presentamos hoy ante Ti para consagrar a tu Inmaculado Corazón y colocar bajo tu protección a Ucrania y otras naciones de Europa del Este y el mundo. Te ofrecemos todo el dolor y sufrimiento de Ucrania, pues únicamente a través de la conversión y el arrepentimiento vendrá la paz. Recibe nuestro sufrimiento y salva a nuestro pueblo, nuestra tierra y el mundo del pecado y la muerte”.

Todos los católicos del mundo pueden seguir rezando para que sus respectivos líderes eclesiásticos y seculares sigan prontamente estos hermosos ejemplos de consagraciones nacionales a Nuestro Señor y a su Santísima Madre. A pesar del reinado de la ideología liberal a lo largo del mundo, existen aquellos que no han olvidado que el hombre necesita a Dios por sobre todas las cosas, y que las naciones del mundo le deben obediencia incondicional.

Fuente: District of the U.S.A.