Consagran Ucrania al Corazón Inmaculado de María
El 23 de octubre de 2016, el Patriarca ucraniano greco-católico consagró Ucrania al Inmaculado Corazón de María durante una reciente visita a Fátima, uniéndose al presidente de Perú en estos actos de consagración pública.
El pasado 23 de octubre de 2016, el jefe de la Iglesia Ucraniana Greco-Católica (UGCC, por sus siglas en inglés), Sviatoslav, patriarca de Kiev, Halych y toda La Rus, celebró una Liturgia Divina jerárquica en Fátima, Portugal. Durante su homilía, el Patriarca se dirigió a los peregrinos provenientes de toda Europa, recordándoles la importancia de la aparición de Nuestra Señora y la necesidad de hacer penitencia para reparar los pecados de la humanidad. Haciendo eco de las palabras que la Virgen María dijo a los tres niños en Fátima, Su Beatitud le preguntó a los peregrinos: “¿Quieren unirse a la lucha contra el pecado a través de la mortificación personal y la penitencia? ¿Están listos para ofrecer sus dolores y sufrimientos por la conversión de los pecadores? ¿Están listos para pedir perdón a Dios, ofreciendo las lágrimas y sufrimientos de Ucrania, por las innumerables ofensas que tanto nosotros como otras naciones hemos cometido contra Él?” En respuesta a estas preguntas, todos los peregrinos respondieron con un pronto: “¡Sí!”
Como parte de la ceremonia, Sviatoslav declaró que había llegado el momento de consagrar Ucrania, los fieles de la UGCC y otras naciones del mundo al Inmaculado Corazón de María. También añadió que: “únicamente a través de la mortificación personal y la lucha contra el pecado podremos ganar la guerra en la que nos encontramos actualmente”, a saber, el conflicto que tiene lugar en Ucrania y que es respaldado por Rusia. He aquí las palabras de consagración del Patriarca:
María, nos presentamos hoy ante Ti para consagrar a tu Inmaculado Corazón y colocar bajo tu protección a Ucrania y otras naciones de Europa del Este y el mundo. Te ofrecemos todo el dolor y sufrimiento de Ucrania, pues únicamente a través de la conversión y el arrepentimiento vendrá la paz. Recibe nuestro sufrimiento y salva a nuestro pueblo, nuestra tierra y el mundo del pecado y la muerte”.
Resulta adecuado que el líder de la UGCC haya hecho esta consagración en la víspera del aniversario número 100 de las apariciones de Fátima. Ninguna otra entidad católica en el mundo ha sufrido tanto por los “errores de Rusia” como los greco-católicos que viven en Ucrania y las regiones circundantes. Hasta 1989, la UGCC era el grupo religioso oprimido más grande del mundo, siendo “disuelto” en 1946 por un falso sínodo organizado por la Iglesia Rusa Ortodoxa de común acuerdo con las autoridades soviéticas. Por otra parte, la Iglesia Rusa Greco-Católica, que fue establecida con la bendición de San Pío X, fue prácticamente aniquilada bajo el régimen soviético.
Actualmente, Ucrania se encuentra involucrada en un conflicto, debido a que el Estado ruso continúa apoyando a los disidentes violentos que se encuentran apostados en la mitad oriental del país. En el este, las propiedades de la UGCC han sido confiscadas y los sacerdotes arrestados, abusados y forzados a abandonar sus rebaños. Todo esto ha sucedido con la aprobación tácita de los líderes rusos ortodoxos, quienes continúan difundiendo calumnias sobre los greco-católicos, y al mismo tiempo insisten en que el pseudo-sínodo de 1946, anteriormente mencionado, sigue siendo vinculante. Lamentablemente, el Vaticano ha hecho muy poco para combatir estas mentiras, prefiriendo apaciguar a la Iglesia Rusa Ortodoxa en nombre de un “diálogo ecuménico”. Esta es, en parte, la razón por la que la FSSPX apoya y trabaja con la Fraternidad San Josafat (SSJK), un apostolado tradicional greco-católico que opera en Ucrania occidental.
Unámonos a los fieles católicos de Ucrania para pedir a Nuestra Señora de Fátima que conceda la paz a esta atribulada tierra. Y hagamos caso de las palabras del Patriarca Sviatoslav, con las que nos exhorta a hacer penitencia por los innumerables pecados de la humanidad y las gravísimas ofensas hechas contra Nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre.
Fuentes: District of the U.S.A.