Después de los atentados del 13-11-2015 en París

Fuente: Distrito de México

Si un mal está permitido, siempre es para que saquemos un bien mayor de él. Que este comunicado del Superior del Distrito de Francia nos ayude a responder al llamado de San Pablo: "Ya es hora de despertar".

Actos terroristas de una particular gravedad han golpeado a nuestro país.  Centenares de personas fueron asesinadas, heridas o traumatizadas.

Pedimos por el descanso eterno de aquellos que perdieron la vida en este drama, y aseguramos nuestras oraciones por sus familias, personas cercanas al duelo y las víctimas heridas, a fin de que recuperen la salud lo más pronto posible.

Un ataque de esta magnitud, amerita sin duda alguna, una pronta respuesta política, policial y militar por parte de la autoridad pública francesa.  Pero, ¿será esto suficiente para establecer duraderamente el orden, la paz y la seguridad en Francia?  Afirmamos lo contrario.

En efecto, el Papa Pío XI en su bella encíclica Quas primas sobre Cristo Rey, viendo a principios del s. XX las nubes acumulándose encima del mundo, proclamó:

Este desencadenamiento de desgracias, no solamente ha llenado el universo debido a que la mayor parte de los hombres han desterrado a Jesucristo y a su fe santísima de sus costumbres y de su vida particular, así como de la sociedad familiar y del Estado; y ni aun la esperanza de una paz durable entre los pueblos brillará nunca mientras los individuos y los Estados se obstinen en rechazar la doctrina de nuestro Salvador”.

Sólo Cristo, Príncipe de la paz, está en posibilidad de restaurar al corazón de la sociedad humana el reino de la justicia, del amor y de la paz, destrozado por el pecado - tanto público como privado - de la Ley de Dios.  Es por ello que debemos trabajar cada día a restablecer “la paz de Cristo, por el reinado de Cristo”, es decir, la unión fecunda de la fe y de la patria, de la Iglesia y del Estado.

Estos trágicos eventos son la dramática consecuencia del divorcio consumado entre Francia y la Iglesia hace más de doscientos años, y que ha conducido a nuestros gobernantes a sacar a Cristo de la sociedad, haciendo caer a nuestro país en una apostasía lenta.

Deseamos trabajar con todas nuestras fuerzas en la restauración del reinado de Cristo Rey.

Hacemos un llamado a los obispos, sacerdotes, católicos y a todos los hombres de buena voluntad, a recobrar el valor de nuestros padres para trabajar cada día por la extensión de este saludable reinado, por el mayor bien de las almas y de la sociedad.

Que Cristo, Rey de las naciones, tenga piedad de nuestro país, y que la Virgen María, Patrona y Reina de Francia suscite almas generosas y valientes, capaces de devolver a Francia su alma católica, que ha hecho su grandeza.

Padre Christian Bouchacourt

Superior del Distrito de Francia de la FSSPX

Suresnes, 4 de noviembre de 2015,

en la fiesta de San Josafat, obispo y mártir

Fuente: La Porte Latine