Discurso del Card. Sarah ¿Bueno para la Tradición?
El Cardenal Sarah sorprendió al mundo católico recientemente con un discurso que no debería haber sido causa de asombro ni tema de interés periodístico. A continuación, discutiremos su impacto.
El 5 de julio de 2016, en la conferencia Sacra Liturgia, celebrada en el Reino Unido, Su Excelencia el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, pronunció un discurso sobre la reforma litúrgica titulado: “Hacia una auténtica implementación de la Sacrosanctum Concilium”, es decir, la Constitución sobre la Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II. El discurso ha atraído mucha atención tanto de los medios de comunicación convencionales como de los católicos, incluyendo un llamamiento a todos los sacerdotes católicos para que comiencen a celebrar la Misa, específicamente el Novus Ordo Missae del Papa Pablo VI, ad orientem (“hacia el oriente”) este Adviento. He aquí las palabras del Cardenal, tomadas de la traducción oficial de la versión escrita de su discurso:
Quiero hacer un llamado a todos los sacerdotes… He declarado [en numerosas publicaciones] que creo que es de fundamental importancia retornar lo más rápido posible a una orientación común de los sacerdotes y de los fieles, dirigidos juntos en la misma dirección, hacia el oriente o por lo menos hacia el ábside, hacia el Señor que viene, en todas las partes del rito en las cuales nos dirigimos al Señor. Esta práctica está permitida por las actuales normas litúrgicas. En el nuevo rito esa práctica es perfectamente legítima. En efecto, pienso que es un paso muy importante para asegurarnos de que el Señor sea verdaderamente el centro de nuestras celebraciones.
Por lo tanto, queridos sacerdotes, les pido humilde y fraternalmente que pongan en acción esta práctica dondequiera que sea posible, con la prudencia y catequesis necesarias, pero también con la certeza en cuanto sacerdotes, que es algo bueno para la Iglesia y para los fieles. Su valoración pastoral determinará cómo y cuándo esto será posible, pero quizá el primer domingo de Adviento de este año, cuando esperamos al 'Señor [que] vendrá’ y que ‘no tardará’ (ver Introito de la Misa del miércoles de la primera semana de Adviento) sería un buen momento para comenzar. Queridos sacerdotes, prestemos atención a las lamentaciones de Dios proclamadas por el profeta Jeremías: 'Porque ellos me dieron la espalda, y no la cara' (Jer 2, 27). !Dirijámonos de nuevo hacia el Señor! Desde el día de su bautismo, el cristiano no conoce más que una dirección: el Oriente. 'Tú has entrado entonces para enfrentar a tu adversario, de quien has decidido renunciar cara a cara, y ahora te vuelves hacia el Oriente, ad Orientem; porque el que renuncia al diablo se vuelve hacia Cristo, y fija su mirada directamente en Él." (San Ambrosio, Obispo de Milán, De Mysteriis).
Aunque este llamamiento no aborda todas las ambigüedades, deficiencias y errores del Novus Ordo Missae, sí representa una poderosa aceptación de que una parte integral de la vida litúrgica de la Iglesia Católica se ha perdido durante los últimos 50 años. Desafortunadamente, las palabras del Cardenal Sarah fueron recibidas con inmediata resistencia por un gran número de obispos, resultando en un comunicado oficial de la Oficina de Prensa de la Santa Sede destinado a “aclarar” el asunto.
Es oportuno aclarar algunas cuestiones a raíz de las noticias que han circulado tras una conferencia que el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, dio en Londres hace pocos días. El cardenal se ha preocupado siempre, justamente, de la dignidad de la celebración de la misa de forma que exprese adecuadamente la actitud de respeto y adoración por el misterio eucarístico. Sin embargo, algunas frases suyas han sido erróneamente interpretadas como si anunciaran nuevas indicaciones que difiriesen de las dadas actualmente en las normas litúrgicas y en las palabras del Papa sobre la celebración de cara al pueblo y sobre el rito ordinario de la misa.
Por eso es necesario recordar que en la Institutio Generalis Missalis Romani (Instrucción General del Misal Romano), que contiene las normas relativas a la celebración eucarística y está siempre plenamente vigente, se lee en el num. 299 'Constrúyase el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente y la celebración se pueda realizar de cara al pueblo, lo cual conviene que sea posible en todas partes. El altar, sin embargo, ocupe el lugar que sea de verdad el centro hacia el que espontáneamente converja la atención de toda la asamblea de los fieles[.]'”
En otras palabras, no solamente el Vaticano se rehúsa a aceptar el llamamiento del Cardenal Sarah, sino que parece encauzar a los sacerdotes hacia la problemática idea de que el culto versus populum (“hacia la gente”) debería ser normativo. Y eso no es todo. El penúltimo párrafo del comunicado declara lo siguiente:
Por su parte, el Papa Francisco, en ocasión de su visita al Dicasterio del Culto Divino, recordó expresamente que la forma “ordinaria” de la celebración de la misa es la prevista en el Misal promulgado por Pablo VI, mientras la “forma extraordinaria” [Misa Tridentina], que fue permitida por el Papa Benedicto XVI para las finalidades y con las modalidades que explicaba en el Motu Proprio Summorum Pontificum no debe tomar el lugar de la “ordinaria”.
Esta declaración refleja una mentalidad detectada desde hace mucho tiempo por los católicos tradicionalistas, concretamente que la Misa Tridentina, “la Misa de siempre”, es vista en la Iglesia de hoy como una mera “concesión” que es “tolerada”, en vez de ser la liturgia a la que todos los católicos tienen derecho. Además, estas palabras se contraponen con otra parte, menos divulgada, del discurso del Cardenal Sarah donde habla de reformar la Misa Paulina, ¡con la aprobación del Papa!
Cuando fui recibido en audiencia por el Santo Padre el pasado mes de abril, el Papa Francisco me pidió estudiar la cuestión de una reforma de la reforma y la manera en que las dos formas del Rito Romano se podían enriquecer mutuamente. Esto será un trabajo extenso y delicado, y les pido su paciencia y sus oraciones. Pero si vamos a implementar la Sacrosanctum Concilium más fielmente, si vamos a lograr lo que el Concilio quería, esta es una cuestión seria, que debe ser estudiada cuidadosamente y llevada a la acción con la necesaria claridad y prudencia, en oración y total sumisión a Dios.”
Esta declaración, junto con numerosas observaciones hechas a lo largo del discurso, resulta sorpresiva, en cuanto que admite que la Novus Ordo Missae necesita una corrección hecha a la luz de la Misa tradicional de la Iglesia. (Aunque también es cierto que las palabras del Cardenal respecto a cómo la Misa Paulina podría “enriquecer” la Tridentina son problemáticas, sin embargo, esto no se explica más a fondo en el discurso.) Además, la conferencia del Cardenal Sarah parece invitar a los fieles católicos, en caridad y verdad, a expresar críticas sensatas sobre la Misa Paulina, algo que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha estado haciendo durante los últimos 40 años. (Ver, por ejemplo, el análisis de la Fraternidad titulado The Problem of the Liturgical Reform: A Theological and Liturgical Study (El Problema de la Reforma Litúrgica: Un Análisis Teológico y Litúrgico), disponible en Angelus Press.)
Fuente: District of the USA