El Buen Pastor - Palabras de Monseñor Lefebvre

Fuente: Distrito de México

He aquí unas palabras de Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, sobre el falso ecumenismo y la vocación sacerdotal.

“Nuestro Señor dice en el Evangelio del Buen Pastor: “Tengo otras ovejas que no son de este aprisco, y es preciso que Yo las traiga, y oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.” (Jn 10, 16).

Esta exhortación es completamente contraria al ecumenismo moderno. Nuestro Señor pide que le traigamos las ovejas. No dice que las dejemos en el rebaño donde están, sino que las conduzcamos a Él. Es lo que hace el buen sacerdote. Va a buscar a las ovejas perdidas y extraviadas en el error, por el pecado, en este mundo de pecado, y bajo la influencia del demonio; las va a buscar animosa y celosamente, imitando de esta manera al Buen Pastor.

Hay que tener un corazón de pastor, que va a buscar a sus ovejas una por una.

Abrazad los intereses de Nuestro Señor Jesucristo. Durante toda nuestra vida no haréis sino multiplicar los miembros del Cuerpo Místico de Nuestro Señor Jesucristo, para que los que en este mundo formen parte de la Iglesia militante, puedan un día formar parte de la Iglesia triunfante, pues, en definitiva, Dios no nos ha creado sino para salvarnos.

Tenemos que desear que haya muchas familias cristianas que favorezcan el desarrollo de buenas y santas vocaciones.

El joven no puede escuchar el llamado de Dios sino mediante una gracia sobrenatural. Por eso, el mundo no lo puede comprender. Los jóvenes del mundo se dicen: No entiendo qué le ha pasado por la cabeza para ponerse una sotana, encerrarse en un seminario; rechazar los placeres de los sentidos y la riqueza, querer vivir en la pobreza y vivir únicamente para los demás y no para sí mismo, ¡resulta increíble, increíble! ¡Ha perdido la cabeza! La gente que tiene el espíritu del mundo no puede comprender su vocación; les resulta un gran misterio.

Con todo, con este ejemplo, quizás podremos abrir los ojos de los que viven de un modo egoísta y llevarlos a preguntarse: "Si hay jóvenes serios a tal punto que lo abandonan todo para entregarse a Nuestro Señor, ¡hay que creer que Él sí existe!”

+ Monseñor Marcel Lefebvre

La Santidad Sacerdotal