El individualismo es antinatural - Palabras de Monseñor Lefebvre

Fuente: Distrito de México

Prosigamos el análisis del principio del liberalismo: es antinatural, dice el Card. Billot, “al pretender que todo debe ceder ante el bien de la libertad individual, que las necesidades sociales han multiplicado las trabas a esta libertad, y que el régimen ideal para el hombre es aquel en el cual reinase la ley del puro y perfecto individualismo”. Ahora bien, agrega el autor, “este individualismo es absolutamente contrario a la naturaleza humana.

Aquí reconocemos el liberalismo individualista de Juan Jacobo Rousseau, que se encuentra en el fondo de todo pensamiento político actual. Según Rousseau, los hombres nacen libres, es decir, libres de toda coacción y asociales por naturaleza, hechos para vivir solos en la selva, donde son felices. El origen de sus males y de la desigualdad reside en la introducción de la propiedad privada, que engendra las rivalidades: un “estado de guerra de todos contra todos”. Si los hombres se unen entonces en sociedades, no es por una necesidad de su naturaleza, sino únicamente por decisión de su libre voluntad, como una escapatoria a ese estado en el cual el hombre es un lobo para el hombre. La sociedad no tiene nada de natural, es puramente convencional en su origen histórico y en su constitución: esta convención es el “contrato social.

Toda esta teoría fue refutada de antemano, especialmente por Santo Tomás de Aquino, que demuestra la naturaleza social  del hombre, poniendo en evidencia el hecho de que el hombre es el animal más desprovisto de medios naturales para subsistir de manera autónoma cuando nace, y que los hombres, aún en la edad adulta, son incapaces de satisfacer solos a todas sus necesidades; deben entonces ayudarse mutuamente. Hubiera querido presentar aquí una página admirable, titulada “la desigualdad protectora”, del admirable pensador político contemporáneo Charles Maurras (1868-1952) quien, siguiendo a Santo Tomás, refuta magistralmente la mitología rouseauniana individualista e igualitaria. Pero bastará  aquí indicar lo que enseña León XIII en relación a ese tema en su encíclica sobre el origen del poder político:

Pero es un grande error no ver lo que es manifiesto, a saber: que los hombres, no siendo una raza de vagos solitarios, independientemente de su libre voluntad, han nacido para una natural comunidad. (Encíclica Diuturnum Illud, 1881)

Monseñor Lefebvre

Le Destronaron