El Papa se reúne con la Curia a puertas cerradas
El lunes 29 de mayo del 2017, el Papa Francisco presidió una reunión laboral, en la Sala Bologna, ubicada en el tercer piso del Palacio Vaticano, con todos los directores de los dicasterios de la Curia Romana.
El Papa Francisco acostumbra celebrar una especie de consejo de los distintos ministerios con todos los prefectos de la Curia cada seis meses. Actualmente, la Curia Romana está conformada por nueve congregaciones, cada una dirigida por un prefecto, y por cinco consejos pontificios, cada uno dirigido por un presidente. Antes de la reforma de la Curia, iniciada por el Papa Francisco justo después de su elección, había doce consejos pontificios
Algunos de estos consejos han sido agrupados en nuevas entidades creadas desde entonces: la Secretaría para la Economía, presidida por el cardenal George Pell; la Secretaría para las Comunicaciones, presidida por Monseñor Dario Edoardo Viganò; el Dicasterio para los Laicos, la Famlia y la Vida, bajo la dirección del cardenal Fevin Farrell; y el Dicasterio para Promover el Desarrollo Integral Humano, creado el 1 de enero del 2017, y cuyos estatutos no han sido todavía publicados. Su prefecto es el cardenal Peter Turkson, aunque la sub-sección de inmigrantes depende directamente del Papa.
La Curia Romana tiene también tres tribunales y seis Academias Pontificias, sin mencionar la Secretaría de Estado, es decir, los servicios administrativos, y las numerosas comisiones, así como el Consejo para la Economía. El Papa Francisco también creó un Consejo de Cardenales - C9 - para dirigir la reforma de la Curia.
El tema de la reunión del 29 de mayo con los prefectos de los dicasterios no ha sido revelado aún. Según el especialista en el Vaticano, Andrea Tornielli - conocido por tener una relación cercana con el actual papa, y por haber escrito su biografía - la reunión estuvo relacionada con los nuevos "movimientos y realidades eclesiásticas", particularmente, la posibilidad de que los sacerdotes sean incardinados por ellos, es decir, que sean oficialmente incorporados para ejercer su ministerio como parte de ellos.
Hasta ahora, la incardinación había sido regulada por el Códido de Derecho Canónico - canones 265 a 272 - que establecen que únicamente las estructuras consideradas "jerárquicas" por la ley eclesiástica - diócesis territoriales, diócesis para el ejército, prelaturas personales - y las estructuras "no jerárquicas" - institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica - pueden incardinar al clero legítimamente.
De este modo, quedan excluidos muchos de los nuevos movimientos eclesiásticos que, aunque incluyan al clero, únicamente tienen la condición de asociaciones clericales - reguladas por el canon 302 - que establece una dependencia estrecha hacia el Ordinario local del lugar donde estén erigidas.
Ofrecer a estas nuevas comunidades la capacidad de incardinar, proporcionaría a sus miembros sacerdotales una mayor movilidad en su misión, pues al estar en un marco canónico menos rígido, ya no dependerían directamente del Ordinario Local. Para comprender perfectamente lo que está en juego, debemos recordar que el Papa Francisco considera estas comunidades como entidades que poseen la capacidad de acercarse a las famosas "periferias", mismas que constituyen el centro de su pontificado y que, en su opinión, las estructuras tradicionales de la Iglesia no tienen tanta cercanía con ellas.
Lo anterior dista mucho de la idea comúnmente aceptada que considera que el valor espiritual del sacerdocio está arraigado dentro de una Iglesia particular, es decir, una diócesis. Si esta reunión tiene resultados concretos en el futuro cercano, no hay duda alguna de que los obispos diocesanos tendrán opiniones encontradas sobre lo que no es más que otra forma de disipar su poder, corriendo el riesgo de que el diminuto flujo de vocaciones diocesanas disminuya todavía más.
Fuentes: Vatican Insider / I.Media / FSSPX.News - 6/1/17