El Santo Sudario y el carbono 14
La Sábana Santa de Turín
Se ha hablado mucho sobre la hipótesis de que la Santa Sábana de Turín o Síndone, es de principios del s. XIV, y por consiguiente, que no puede ser la mortaja en que fue envuelto Nuestro Señor Jesucristo. En este artículo vamos a aclarar algunos puntos al respecto.
El 14 de octubre de 1988, después de haber examinado la Santa Sábana por el método del Carbono 14, el Dr. Tite, acompañado de otros científicos, dio una conferencia en el British Museum de Londres: en el pizarrón había simplemente escrita una cifra: «¡1260-1390!». Desde ese entonces se ha hablado mucho sobre la hipótesis de que la Santa Sábana de Turín o Síndone es de principios del s. XIV, y por consiguiente, que no puede ser la mortaja en que fue envuelto Jesucristo.
No vamos a entrar en el campo técnico del análisis hecho por los tres laboratorios encargados del examen al Carbono 14. Pero creemos poder afirmar categóricamente que es imposible que la Síndone sea de principios del s. XIV. Insinuaremos solamente las razones.
1) La Santa Sábana es un negativo fotográfico, hecho varios siglos antes de que se inventase la fotografía y, por tanto, de que se conociera que era un negativo fotográfico. Es completamente imposible, pues, que un artista modelara conscientemente un negativo fotográfico sin saber qué era un negativo fotográfico, ininteligible además a los espectadores hasta que se descubrió la fotografía en el siglo XIX. Aún los artistas que modernamente han intentado copiar la Síndone como negativo han fracasado, como Refo y Cusetti. Así argumentaba ya a principios de siglo el profesor de la Sorbona, Yves Delage, agnóstico.
2) La Santa Sábana es una sarga de lino. La sarga, según el técnico textil T. Walsh, no empezó a tejerse en Europa Occidental hasta pasado el s. XIV. ¿Cómo puede ser, pues, que la Síndone sea de principios del mismo siglo? ¿Es que el artista francés fue a comprar la tela al Oriente?
3) La Síndone contiene polen típico de Jerusalén, del valle del Jordán, de Urfa (Turquía meridional), de Constantinopla y de Europa Central. ¿Es que el falsario, se pregunta Max Frei, especialista de fama mundial en palinología (estudio del polen), paseó su tela, antes o después de elaborada, por todas esas regiones tan distantes entre sí para captar polen típico de ellas y así engañar a los científicos del s. XX? En el s. XIV no se conocía qué era el polen.