Encíclica Grande Munus de León XIII - 1880
Encíclica que proclama la devoción a San Cirilo y San Metodio, narrando la historia de ambos santos, su fortaleza en las tribulaciones, su piedad y celo apostólico en la evangelización de aquellas regiones del este de Europa: en los países eslavos como sus santos patronos; además de confirmar el uso de la lengua eslava en el servicio religioso.
El augusto ministerio de propagar el nombre cristiano, confiado de una manera especial al bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles y a sus sucesores, a estimulado a los Pontífices Romanos a enviar en diferentes épocas a las diversas naciones de la tierra mensajeros del Santo Evangelio, a medida que lo demandaban las circunstancias y las inspiraciones del Dios de misericordia.
Por esto, así como delegaron para la dirección de las almas un Agustín a los Bretones, un Patricio a los Irlandeses, un Bonifacio a los Germanos, un Wilbrodio a los Frisones, Batavos, Belgas y a otros muchos pueblos, así confirieron a los santos Cirilo y Metodio el poder de llenar el ministerio apostólico cerca de los pueblos eslavos, los cuales, gracias, a su celo y a sus grandes trabajos, vieron la luz del Evangelio y pasaron de la vida de la barbarie a la vida de la civilización.
Si la fama, fiel al recuerdo de sus beneficios, nunca ha dejado de celebrar en todo el país eslavo a Cirilo y Metodio, ilustre pareja de apóstoles, la Iglesia Romana con no menos afecto los ha venerado, y ya en vida honró al uno y al otro en muchas maneras, no queriéndose privar de las cenizas del primero que murió de los dos. Así desde el año 1858 los Bohemios, los Moravos y los Croatas de raza eslava que acostumbran celebrar todos los años el 9 de Marzo una solemne función en honor de Cirilo y Metodio, obtuvieron el favor de Pío IX, Nuestro predecesor de inmortal memoria, el celebrar la fiesta el 5 de julio, recitando el oficio de la Misa en memoria de Cirilo y Metodio.