Fátima y Montfort
Si existen dos nombres que están destinados a hacer brillar a la Virgen María, son “Fátima” y “Montfort”. El primero encierra en sí mismo a María y su mensaje a los hombres, el segundo representa un presagio y es fiel intérprete de ese mensaje.
Es muy acertado lo que declaró el Cardenal Tedeschini en la inauguración de la estatua de San Luis María en la Basílica de San Pedro, Roma, el 8 de diciembre de 1948: “Montfort se encuentra en el origen y fondo de todas las manifestaciones modernas de la Virgen María, desde Lourdes hasta Fátima, desde la definición mariana de Pío IX hasta la Legión de María”.
El hecho de que Montfort sea origen y fondo de las manifestaciones de María Santísima en Fátima no es nada sorprendente para aquellos que están familiarizados con el autor del "Tratado de la Verdadera Devoción". Por eso no hay que extrañarse de que no haya quizá ningún teólogo, ningún escritor espiritual ni ningún santo moderno que esté mejor calificado para interpretarnos el mensaje de Fátima que San Luis María de Montfort.