¿Irlanda se dirige hacia la legalización del aborto?
La Asamblea Ciudadana votó, con una clara mayoría, a favor de finalizar "la prohibición del aborto"; lo cual podría culminar en la celebración de un referendo en el 2018.
En Irlanda, la Asamblea Ciudadana, convocada por el Parlamento en el 2016 para emitir un dictamen sobre distintos temas sociales, votó, con una clara mayoría, para finalizar la "prohibición del aborto" mediante la revisión de la Octava Enmienda. Dicha enmienda, que fue añadida a la constitución en 1983, "reconoce el derecho a la vida de los no nacidos". Este voto podría conducir a la celebración de un referendo en el 2018, año en que el Papa Francisco tiene planeado visitar el país para el Encuentro Mundial de las Familias.
Una asamblea consultiva conformada por 99 ciudadanos elegidos al azar, fue convocada por el Parlamento de Irlanda en el otoño del 2016 para analizar la legislación existente, especialmente las leyes relacionadas con el aborto.
En Irlanda, el aborto es ilegal, excepto en casos donde la vida de la madre corre peligro. La Octava Enmienda a la constitución irlandesa otorga igualdad de derechos tanto al feto como a la madre. Pero desde hace tiempo ha habido múltiples infracciones en este esquema legislativo.
En 1992, la Suprema Corte obligó al Estado a proporcionar la información necesaria a las mujeres que quisieran practicarse un aborto en el extranjero, especialmente en Gran Bretaña. En el 2013, luego de que una mujer muriera a causa de su embarazo, el partido centrista Fine Gael autorizó el aborto en casos de emergencia médica para la madre. El pasado mes de julio, se presentó ante el parlamento un proyecto de ley para legalizar el aborto en caso de deformaciones graves en el feto.
La Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea también están ejerciendo presión sobre Irlanda para que legalice el aborto. En junio del 2016, la ONU le pidió a Irlanda que modificara la legislación vigente, bajo el pretexto de que sometía a las mujeres a "tratos crueles, inhumanos y degradantes."
Algunas organizaciones apoyadas por el multimillonario George Soros, han estado persiguiendo este mismo objetivo promoviendo el aborto y los anticonceptivos. Igualmente, han analizado distintas estrategias para "evitar que los países establezcan definitivamente la personificación del embrión humano."
Después de su visita a Irlanda en el 2016, el Comisionado del Consejo Europeo para los Derechos Humanos, Nils Muiž Nieks, publicó un reporte el 29 de marzo del 2017, en el que "recomienda a las autoridades irlandesas tomar las medidas necesarias para garantizar que el acceso al aborto seguro y legal, como está previsto por la ley, se aplique en la práctica."
Por consiguiente, el 23 y 24 de abril, el 87% de los votantes de la Asamblea Ciudadana votaron a favor de organizar un referendo para modificar la Octava Enmienda que protege la vida de los niños no nacidos. Lo que es peor todavía, es que el 64% de los ciudadanos consultados opinaron que no debería haber ningún tipo de "restricciones en cuanto a las razones" para abortar.
Luego de este voto, cuyo valor es solamente consultivo, la Ministro de Justicia e Igualdad de Irlanda, Frances Fitzgerald, y el Ministro de Protección Social, Leo Varadkar, han solicitado que se organice un referendo sobre el aborto para el 2018, el mismo año en que el Santo Padre planea viajar a Dublín para el Encuentro Mundial de las Familias.
Ésta será la primera vista pontifical desde que Juan Pablo II visitará el país en 1979. Pero 35 años después, las cosas han evolucionado enormemente: el país más católico de Europa Occidental, se ha convertido en el más secularizado. Los casos de abusos de menores por parte del clero, la forma tan caótica en que se manejaron esos asuntos y la explotación de los medios de comunicación, contribuyeron a minar la confianza de los fieles en la Iglesia y su Magisterio, desacreditando permanentemente a la institución eclesiástica.
En el 2011, el Primer Ministro irlandés, Enda Kenny, declaró que el "vínculo histórico entre la Iglesia y el Estado jamás volverá a ser el mismo." Simultáneamente, el gobierno irlandes retiró a su embajador del Vaticano.
En un contexto en que la voz de la Iglesia ya no es tan fuerte como solía ser, es fácil entender cómo es que el 62% de los votantes aprobó la ley sobre el "matrimonio" homosexual en el 2015, convirtiendo a la Irlanda católica en el primer país en legalizarlo con un referendo.
Conscientes de su falta de popularidad, los obispos de Irlanda no son los primeros en oponerse a la revisión de la Octava Enmienda, cediendo el paso a las poderosas organizaciones pro-vida como Pro Life Campaign.
Monseñor Kevin Doran, de Elvin, es uno de los pocos prelados que ha tomado parte en el asunto, recordando, luego del voto de la Asamblea Ciudadana, que sin importar cuántas enmiendas se hagan a la Constitución, los hospitales católicos tendrán que seguir respetando las enseñanzas de la Iglesia sobre el aborto. Esta postura desató inmediatamente una campaña mediática tan violenta como injusta, que cuestiona la legitimidad de la Iglesia Católica en Irlanda para estar a cargo de hospitales, teniendo en cuenta los abusos cometidos en el pasado.
El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, preocupado por la creciente hostilidad hacia la Iglesia, lamentó públicamente, el 30 de abril, el hecho de que los sacerdotes, congregaciones religiosas y católicos comprometidos en Irlanda sean "injustamente el blanco de ataques por vivir su fe y su ministerio generosamente y con dedicación."
En el país de San Patricio, el Papa Francisco sigue manteniendo su popularidad desde su elección. Luego de designar un embajador irlandés para el Vaticano en el 2014, el Santo Padre recibió una invitación oficial del Primer Ministro para visitar Dublín.
Sólo el tiempo dirá si el afecto y estima que los católicos de Irlanda sienten por el Papa Francisco son lo suficientemente fuertes como para influir en el sombrío proceso que ya está en curso.
Fuentes: Crux / Génétique.org / Irish Times / Le Figaro / FSSPX.News - 05/05/2017
Mgr Kevin Doran