Jesucristo, "Piedra Angular" y la cultura del descarte
Hoy se habla a menudo de “cultura del descarte” refiriéndose a los pobres, marginados, emigrantes, “periféricos”, que serían los “descartes” de nuestra sociedad moderna. Pero hoy, el primero que es “descartado” es Jesús, nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado e inmolado en la cruz para nuestra salvación.
De hace alrededor de 50/55 años a esta parte, en el lugar de Jesús, en quien todo está llamado a ser establecido o restablecido (“instaurare omnia in Christo”, Ef. 1, 10), ha sido colocado el hombre, los valores humanos, los derechos humanos, también cuando no son derechos sino la negación de los derechos puestos por Dios en la naturaleza misma de las cosas (derecho divino natural), y esto también en la vida social cristiano-católica y entre los mismos hombres de Iglesia, que han perdido su identidad de apóstoles de Jesús para la salvación de las almas y del mundo. El catolicismo se está convirtiendo en “educación cívica”, por tanto, ni siquiera ya en una religión. Sí, Jesús ha sido descartado y de ello ha venido una ruina en todos los niveles infinitamente más grave que el reciente terremoto de Italia central (escribo el 25 de agosto de 2016).
¿Qué hacer? Nosotros debemos actuar, sufrir, orar, vivir para que Jesús vuelva a ser, en las almas y en la sociedad eclesial y civil, la “Piedra angular”, sobre la cual todo se construye. No estamos solos. Hay todavía christifideles laici, verdaderos católicos, que trabajan con esta meta ante sus ojos y en su corazón. Jesús es todavía y siempre, también hoy, el más amado… y nosotros debemos anunciar a Jesús, hacer presente a Jesús, sacarlo de los descartes en el que “el mundo” lo ha echado y volverlo a llevar a ser Piedra angular, como a Él solo corresponde.
¿Hay sacerdotes que se burlan de nosotros, que no nos comprenden? ¡Paciencia! Pediremos a la Virgen por ellos para que comprendan, porque no hay otro camino de salvación que Jesús. ¡Sigamos adelante con valor! También se burlaron de Jesús y se burlan también hoy.
Hay así llamados pensadores o que se llaman a sí mismos teólogos que dicen que Jesús era sólo un pequeño aldeano de Nazaret y que, por tanto, su mensaje debería ser actualizado, adaptado y ampliado a nuestros tiempos, a los nuevos tiempos que avanzan. ¡Pero esto es una locura! Jesús es la Sabiduría de Dios, Él mismo es Dios. Nosotros debemos unirnos cada vez más a Jesús -y a la Inmaculada, su Madre y la nuestra- y dedicarnos cada día, en nuestro lugar, con los medios que tenemos, a volver a llevar a Jesús a todas las cosas, a nuestra vida en primer lugar, a la vida de los que encontramos, también a la vida de los sacerdotes que lo han olvidado o que no le dan todo el primado, único y absoluto, que le corresponde.
Estamos en el centenario de Fátima (1917-2017); oremos entonces para que la Virgen adelante en nosotros y en el mundo el triunfo de su Corazón Inmaculado y que Jesús, de “descartado” vuelva a ser acogido como el único Salvador, la “Piedra angular”, sobre la que la Iglesia y la civilización se construyeron y se reconstruirán.
Jesús -recordad, amigos- es la “Piedra angular”, sobre la que solamente es posible construir, y el resultado será hermosísimo. O por el contrario, si se rechaza, se va a dar de cabeza contra esta piedra que es Jesús… y si se da de cabeza contra Él, no os digo qué cabezazos, para romperse todo en pedazos, en la fragmentación sin límites que vemos ante nuestros ojos, a los cuales, sin Cristo, sólo les queda llorar.
Carta firmada
Fuente: SI SI NO NO - Adelante la Fe