Jueves de Pasión - textos litúrgicos
El Evangelio nos habla hoy sobre la conversión de Santa María Magdalena. "Magdalena había llevado una vida pecadora; siete demonios habían fijado en ella su domicilio. Ha bastado a esta mujer, ver y oír al Señor, y en seguida se ha apoderado de ella el horror al pecado. En lo sucesivo seguirá los pasos de Jesús, y en el momento de la prueba, cuando los apóstoles hayan huido, ella permanecerá al pie de la Cruz para recibir el último suspiro de Aquel a quien su alma debía la vida. "Qué ejemplo de esperanza para el pecador." Lo acaba de decir Jesús: "Al que más ama, más se le perdona."
En Roma la Estación se celebra en la Iglesia de San Apolinar que fue primer obispo de Ravena y mártir.
COLECTA
Suplicámoste, oh Dios omnipotente, hagas que la dignidad de la condición humana, herida por la intemperancia, sea recobrada mediante una saludable moderación. Por el Señor.
EPÍSTOLA
Lección del Profeta Daniel.
En aquellos días oró Azarías al Señor, diciendo: Señor, Dios nuestro: por amor de tu nombre te rogamos no nos dejes para siempre, ni destruyas tu alianza: ni apartes tu misericordia de nosotros, por tu amado Abraham, y por tu siervo Isaac, y por tu santo Israel: a los cuales hablaste, prometiéndoles que multiplicarías su descendencia como las estrellas del cielo, y como la arena que hay en la orilla del mar: porque, Señor, hemos disminuido más que todas las gentes, y somos hoy humildes en toda la tierra por nuestros pecados. Y no hay en este tiempo príncipe, ni caudillo, ni profeta, ni holocausto, ni sacrificio, ni oblación, ni incienso, ni lugar de primicias ante ti, para que podamos alcanzar tu misericordia: pero seamos recibidos con ánimo contrito, y espíritu de humildad. Como el holocausto de carneros, y toros, y como millares de gordos corderos, así sea hoy en tu presencia nuestro sacrificio, para que te agrade: poique no hay confusión para los que confían en ti. Y ahora te seguimos de todo corazón, y te tememos, y buscamos tu cara. No nos confundas: sino obra con nosotros según la muchedumbre de tus misericordias. Y líbranos con tus maravillas, y da gloria a tu nombre, Señor: y sean confundidos todos los que causan males a tus siervos, sean confundidos por tu omnipotencia, y sea quebrantada su fortaleza: y sepan que tú eres el Señor, el Dios único y glorioso sobre el orbe de las tierras, Señor, Dios nuestro.