La Eucaristía - Palabras de Mons. Lefebvre
Con ocasión de la fiesta de Corpus Christi, he aquí unas palabras de Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, sobre La Eucaristía
La Eucaristía disminuye la concupiscencia
La Eucaristía tiene por efecto conservarnos exentos y puros de todo pecado. Es un antídoto celestial que impide que seamos inficionados y corrompidos por el veneno mortal de las malas pasiones y, en particular, de la concupiscencia. Es el pan de vírgenes.
Por ese motivo, hay que recomendar mucho la comunión a la gente de hoy, lo mismo que a los esposos que tienen dificultades para mantenerse fieles a la Ley de Dios en el ámbito conyugal. (...)
La Eucaristía es el remedio. En otro tiempo, la gente comulgaba mucho. Los cristianos se alimentaban de la Eucaristía, pues es un remedio específico para disminuir nuestra concupiscencia. En la Eucaristía recibimos en nosotros al autor de toda gracia, a aquel que precisamente es contrario al pecado y a la concupiscencia: Nuestro Señor Jesucristo.
En la medida en que nos alimentamos de Nuestro Señor Jesucristo con las disposiciones necesarias, el fuego de la concupiscencia disminuye, y las almas permanecen en paz y no se sienten atormentadas siempre por esos problemas. La Eucaristía reprime las malas inclinaciones de la carne; porque, encendiendo cada día más las almas en el fuego de la caridad, por fuerza tiene que apagar los ardores de la concupiscencia1.
+ Monseñor Marcel Lefebvre
Fuente: La Misa de siempre
- 1Catecismo del concilio de Trento