La guerra entre Nuestro Señor y los fariseos

Fuente: Distrito de México

Nuestro Señor siempre peleaba con los fariseos. Pero ¿cuál fue el problema de los fariseos? Primero debemos descartar que el problema era que los fariseos creían en la resurrección de los muertos, ya que en eso tenían razón. Sin embargo, Nuestro Señor peleaba con los escribas, los doctores de la Ley, y los sacerdotes. 

¿No parece eso un poco extraño? El Señor preservó su gente durante siglos de guerras y tribulaciones.  El Señor vino para salvarla – y cuando vino, Él siempre peleaba con su propia gente.  Estaba luchando constantemente contra la gente más religiosa, la facción que tenía la doctrina correcta, y los sacerdotes de su propia religión.  Debemos preguntarnos, ¿Cuál es el problema que Nuestro Señor veía con los fariseos y la jerarquía de su religión?

La guerra empieza con San Juan Bautista

 

La misión de San Juan Bautista fue preparar a la gente para la venida del Señor.  La gente que rechaza a San Juan, normalmente rechaza a Nuestro Señor.  Y los fariseos no fueron amigos de San Juan.  Viendo a muchos fariseos . . . dijo, Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la cólera que viene? ¡Producid, pues, frutos propios del arrepentimiento!

Luego el Señor explica que es por rechazar a San Juan Bautista que los fariseos no entienden nada de Él.

Yo también quiero preguntaros una cosa, . . . El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres? Los fariseos discurrieron así en si mismos: Si decimos, de los hombres, hemos de temer al pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta.  Pero si decimos, del cielo, él va a decir, ¿por qué no lo creaban? Respondieron entonces: No sabemos.  Y Él les dijo, Ni Yo tampoco os digo con qué autoridad hago esto. 

Es decir, no les importa la verdad sobre Nuestro Señor.  Si quisieran, reconocerían ésta verdad en las palabras de San Juan.  Pero ahora son ciegos a la verdad por su propia falta. 

Los fariseos chocan con Nuestro Señor

 

Después de empezar su vida publica, Nuestro Señor chocó con los fariseos casi inmediatamente.  Los problemas son por la mayor parte cuestiones de práctica externa de la religión, que es muy importante para los fariseos. 

Por ejemplo, para los fariseos, no hay ninguna excusa por trabajar el Sábado.  Les dice el Señor, ¿Es licito curar el día del Sábado?  Dicen ellos en su mente, Claro que no.  Y el Señor responde, ¿Cuál será de entre vosotros el que teniendo una sola oveja, si ésta cae en un foso el día del sábado, no irá a tomarla y levantarla? Y ¡cuanto más vale el hombre que una oveja! Los fariseos observan la ley del Sábado, pero han olvidado una Ley más importante, que es la caridad. 

Las trampas de los fariseos

 

Después de muchas batallas así, los fariseos están convencidos de que el Señor no es de Dios. Además, el Señor hace muchos milagros y es muy popular con la gente, y los fariseos tienen miedo de perder su poder.  Entonces tratan de destruir la reputación del Señor con varias trampas.  Por ejemplo, hablan con mucha adulación para que baje la guardia.  Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, sin miedo a nadie, porque no miras a la persona de los hombres.  Luego viene la trampa.  Dinos, pues, lo que piensas; ¿es licito pagar tributo al César o no?

Si Nuestro Señor decía que era lícito pagar tributo, iba a perder mucha influencia con la gente, que odiaba a César.  Iba a parecer como amigo de los romanos.  Pero si Nuestro Señor decía que no era lícito, los romanos iban a matarlo.  Por eso, el Señor conociendo su malicia, repuso, Hipócritas, ¿por qué me tentáis?  Y escapa a la trampa con la frase Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. 

Luego vienen los fariseos de nuevo con otra trampa más segura – una mujer adultera.  Dicen Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante delito de adulterio.  Ahora bien, en la Ley, Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres.  ¿Y Tú, que dices?

Si Nuestro Señor contestaba que había que apedrearla, iba a perder popularidad con la gente y su reputación de misericordia.  Pero si Nuestro Señor contestaba que había que dejarla libre, los fariseos hubieran podido condenarlo como rebelde contra la ley de Moisés.  Pero Nuestro Señor escapa de nuevo.  Inclinándose se puso a escribir en el suelo con el dedo. . . más probablemente escribiendo los pecados de los fariseos en la arena.  Y les dijo, Aquel de vosotros que esté sin pecado, tire el primero la piedra contra ella. 

El problema principal de los fariseos

 

El problema principal de los fariseos es la hipocresía.  Es decirque, para ellos, la religión es una mascara, para esconder los pecados de los otros y de sí mismos.  Piensan que si dicen varias oraciones y hacen varias cosas de la Ley, luego no importa el vivir bien.  Las palabras de Nuestro Señor contra estos hipócritas son quizás las más fuertes en las Escrituras. 

¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Cerráis con la llave ante los hombres el reino de los cielos: ¡vosotros ciertamente no entráis!

Pagáis el diezmo de todo, pero descuidáis lo más importante de la Ley; la justicia la misericordia, y la fe. . . sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera tienen bella apariencia pero por dentro están llenos de osamentas de muertos y toda inmundicia. . . .! ¿Cómo podréis escapar a la condenación?

Esta palabra ´hipócritas´, significa que los fariseos se imaginan como santos por cumplir los preceptos de la religión – y luego pueden hacer lo que quieren.

La actitud de Nuestro Señor para con los fariseos y la jerarquía

 

Nuestro Señor respeta el oficio de los fariseos y sacerdotes, aunque Él los corrige. Aunque esté siempre peleando con ellos, Él dice a la gente que debe respetarlos. 

Los escribas y fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés.  Todo lo que ellos os mandaren, hacedlo, y guardadlo.

El Señor nunca quitaba el respeto para la autoridad.  En fin, cuando el Sumo Sacerdote, Caifás, le mandaba, Yo te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si Tú eres el Cristo, el hijo de Dios, el Señor contestaba directamente, Tú lo has dicho, lo Soy.  Aunque el Señor sabía que Caifás hacía la pregunta sólo para condenarlo. 

El Señor también siempre estaba listo a hablar con algún fariseo que viene a Él honestamente.  Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, principal entre los judíos.  Vino de noche a encontrar [al Señor].  Y luego tenían una conversación larga sobre el bautismo.

Conclusión: ¿qué debemos aprender de las relaciones entre Nuestro Señor y los fariseos?

 

Aun que tienen la doctrina correcta y una vida religiosa, los fariseos fueron hipócritas.  Tengamos cuidado no seguirlos al pensar que la practica exterior de la religión es suficiente, incluso sin caridad.  Por eso, los fariseos rechazaron a San Juan Batista, y se hicieron ciegos a la verdad.  Después lucharon contra el Señor, e hicieron muchas trampas en contra de Él, y en fin llegaron a matarlo. 

Pero a pesar de todas sus faltas, el Señor siempre respetó su autoridad, y siempre estuvo dispuesto para hablar con ellos, si venían honestamente a Él.  Debemos pensar en estas verdades, para ver si podemos aplicarlas a nuestra propia vida. 

Con mi bendición

Padre Hone+