La Masonería se apodera de la educación de la juventud - Palabras de Mons. Lefebvre

Fuente: Distrito de México

Dice León XIII: “La secta de los masones también tiene puesta la mira, con suma conspiración de voluntades, en arrebatar para sí la educación de los jóvenes”.

Después del divorcio, la secta se adueña ahora de la educación de la juventud. Es tan evidente que salta a la vista. Los progresos del laicismo en la enseñanza en los países del mundo entero son manifiestos.

Organismos como la UNESCO, creados supuestamente para difundir la enseñanza en el mundo entero y luchar contra el analfabetismo, en realidad son manejados por la Masonería para difundir la educación laica y atea en el mundo entero con el falaz pretexto de permitir a todos los hombres acceder a la cultura.

Nosotros lo veíamos muy bien en nuestras misiones. Nuestros mayores problemas eran con los organismos de la UNESCO, porque contaban con mucho dinero y ponían escuelas laicas en todos los lugares donde nosotros teníamos escuelas católicas, siendo que había muchos lugares en donde ponerlas y que no había escuelas católicas. ¡Pues no! Las ponían a propósito cerca de las nuestras para destruir la influencia de la Iglesia católica. Con el dinero que tenían era fácil y pagaban a los maestros mucho mejor de lo que nosotros podíamos hacerlo.

Afortunadamente, muchos africanos, incluso los musulmanes, aún tenían sentido común y preferían poner a sus hijos en nuestras escuelas católicas. Siempre teníamos una buena cantidad de musulmanes en nuestras escuelas, aunque sin sobrepasar el 15%. Los primeros en inscribirse eran los musulmanes y eso a causa de la religión. Los padres sabían que en nuestras escuelas enseñábamos la religión, aunque no para convertirlos o para que se hiciesen católicos. Eso, por desgracia, era imposible. Si un niño musulmán era el primero en catecismo, era imposible que hiciera su primera comunión. Algunas veces el niño lloraba cuando veía a los demás ir a comulgar, siendo que él, el primero en catecismo, no lo podía hacer. No lo entendía. Pero, a causa de sus padres, no se podía hacer nada, pues si se enteraban de que habíamos dado a un niño la primera comunión en secreto, nos habrían quemado la escuela. Era, pues, imposible convertirlos, pero tenían tal sentido de la religión que querían que la enseñáramos a sus hijos.

El Papa denuncia la influencia de la Masonería en la educación de la juventud: “También tienen puesta la mirada con suma conspiración de voluntades la secta de los masones, en arrebatar para sí la educación de los jóvenes. Ven cuán fácilmente pueden amoldar a su capricho esta edad tierna y flexible, y torcerla hacia donde quieran, y nada más oportuno para lograr que se forme así para la sociedad una generación de ciudadanos tal cual ellos se la forjan. Por tanto, en punto de educación y enseñanza de los niños, nada dejan al magisterio y vigilancia de los ministros de la Iglesia, habiendo llegado ya a conseguir que en varios lugares toda la educación de los jóvenes esté en manos de laicos, de suerte que, al formar su corazones, nada se les diga de los grandes santísimos deberes que unen al hombre con Dios”.

En países como Italia, hace poco existía todavía la obligación de enseñar la religión católica en las escuelas, pero desde el nuevo Concordato1 ya no. Aún no ha entrado enteramente en vigor y la nueva legislación, todavía más laica, tolera que los sacerdotes enseñen la religión en las escuelas. Por el momento los padres son libres de procurar que en la escuela se les dé una enseñanza católica a sus hijos y los sacerdotes reciben sueldo del Estado. Pero la intención de los legisladores es suprimir el sueldo a los sacerdotes. Con eso ya no habrá más sacerdotes que impartan enseñanza católica en las escuelas.

Los sacerdotes tendrían que organizar el catecismo fuera de ellas, como por desgracia sucede en Francia. Y en ese caso los masones, que quieren destruir la enseñanza católica, se las arreglarán para establecer los programas de tal manera que, dando aparentemente cierta libertad a los niños para que vayan al catecismo, las clases serán siempre en las horas de recreo o cuando tengan necesidad de distraerse. En esos momentos es cuando se les dará a los niños la posibilidad de ir al catecismo, para hacerles más difícil la clase. Tendrán que hacer un sacrificio para poder conseguir una educación cristiana. ¡Ni pensar en pedir a todos los padres que firmen un papel pidiendo la educación cristiana para sus hijos!

Monseñor Marcel Lefebvre

SOY YO, EL ACUSADO, QUIEN TENDRÍA QUE JUZGAROS

  • 1El nuevo Concordato, que sustituye al que se firmó en tiempos de Pío XI entre la Santa Sede e Italia, fue firmado el 18 de febrero de 1984 por el cardenal Casaroli y el presidente Bettino Craxi.