La reorientación de la Congregación para el Clero
El Santuario de Lourdes, en Francia.
Los grandes santuarios ya no estarán bajo el control de la Congregación para el Clero, sino del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Al hacer esto, el Papa Francisco está llevando a cabo una importante transferencia de competencias que vale la pena analizar detenidamente.
A inicios del mes de abril, la Santa Sede publicó el Motu Proprio Sanctuarium in Ecclesia, firmado el 11 de febrero, en el día de la fiesta de las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes. Con este documento, el Santo Padre hizo responsable de los santuarios internacionales al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Este nuevo dicasterio fue creado por Benedicto XVI en el 2013, y actualmente es dirigido por el arzobispo Rino Fisichella: por lo tanto, este último ha quedado a cargo de algunos de los centros de peregrinación más populares: Lourdes, Fátima, Czestochowa, Pompeya, Loretto, Padua y San Giovanni Rotondo.
Durante una entrevista para Radio Vaticano, Monseñor Fisichella dijo haber visto en esta decisión un paso más hacia la reforma de la Curia Romana emprendida por el papa al inicio de su pontificado. Según el prelado, esta transferencia de competencias está justificada por el hecho de que entre los millones de personas que visitan estos santuarios internacionales cada año, muchos no son creyentes: tenemos que "usar la belleza (de estos lugares) que continúa siendo un medio privilegiado para proclamar a Cristo," insistió el arzobispo Fisichella.
Así, la Congregación para el Clero ha perdido otro de sus cargos, y uno de los más importantes. Pero retrocedamos un poco en la historia: el Papa Pío IV fundó la Sagrada Congregación de Cardenales para la Aplicación e Implementación del Concilio de Trento - o simplemente - Congregación para el Concilio - el 2 de agosto de 1564, con la Constitución Apostólica Alias Nos.
Gregorio XII amplió sus funciones y Sixto V le confió la revisión de las actas de los concilios provinciales. Su labor era promover el cumplimiento de las reformas llevadas a cabo por el Concilio de Trento. Éste fue el momento cumbre de la Congregación, que con el paso de los siglos fue perdiendo poco a poco sus cargos, siendo transferidos a otros dicasterios de la Curia Romana. Conservó el nombre de Sagrada Congregación del Concilio hasta el 31 de diciembre de 1967, cuando el Papa Pablo VI la renombró como Congregación para el Clero.
Con la Constitución Apostólica Pastor Bonus, el 29 de junio de 1988, el Papa Juan Pablo II limitó las facultades de la Congregación a la elaboración de normas para el ministerio y vida de los sacerdotes seculares. También fue la encargada de supervisar, al menos durante esa época, los catecismos y los bienes temporales de la Iglesia.
Con el Motu Proprio Fides per Doctrinam, del 16 de enero del 2013, el Papa Benedicto XVI despojó a la Congregación para el Clero del cargo de los catecismos y lo transfirió al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
El Papa Francisco acentuó una reforma cuyo objetivo era enfocar a la Congregación hacia la formación permanente de un clero a menudo visto como poco preparado para los grandes desafíos humanos y religiosos del siglo XXI. Por no hablar del problema del abuso de menores, que resalta la importancia de dar más énfasis a los aspectos preventivos y al discernimiento de las vocaciones durante el seminario.
En este contexto, el 8 de diciembre del 2016, día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Congregación para el Clero promulgó una nueva Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis - un documento de 93 páginas para la formación de los futuros sacerdotes, cuyo objetivo es formar ministros con "una clara visión para el discernimiento" pero que al mismo tiempo sean "tranquilos y estables". Esto pone de manifiesto el deseo de la Iglesia de no querer quedar encajonada en la "dialéctica de la sospecha".
Fuentes: Vatican Radio / La Croix / FSSPX.Actualités - 04/21/17