La tercera guerra mundial

Descubra este texto muy interesante del profesor Roberto de Mattei sobre el Papa, Roma y el Islam.
Sobre el regreso de su viaje a Corea el 8 de agosto de 2014, el Papa Francisco afirmaba que hemos entrado ya en la tercera guerra mundial. Simplemente es una guerra fragmentada, realizada por capítulos. Ésta es mundial en la medida en que, a pesar de que su objetivo esté en Europa, se extiende al mundo entero.
Guerra mundial significa guerra extendida en todo el mundo, guerra planetaria, de la cual ninguna nación, ningún pueblo, puede escapar. Pero se trata de una guerra fragmentada porque sus actores no son solamente los estados, los súper poderosos, como en tiempos de la guerra fría. La guerra mundial significaba entonces, la amenaza de una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia: una guerra entre dos gigantes que inevitablemente habrían arrastrado consigo a las naciones más pequeñas que orbitan en una u otra zona de influencia. Hoy en día, ninguna de las súper potencias tiene el poder de otros tiempos. El Imperio soviético se ha disgregado, el Imperio americano igualmente conoce una fase de declive y decadencia. La crisis del imperio americano comenzó simbólicamente en 2001, cuando la caída de las Torres gemelas demostró su vulnerabilidad; sin embargo, esta crisis explotó después de las guerras de Afganistán e Irak. Estas guerras fueron errores porque no fueron ganadas y las guerras que no son ganadas por una potencia que tiene las pretensiones de un imperio, deben ser consideradas como perdidas.
Europa también perdió su guerra: la guerra de Libia en 2011. Kadhafi fue derrotado. Libia cayó en el caos y el estado islámico unió su puesto avanzado en Siria. Hoy en día, un inmenso cráter volcánico se extiende entre las costas de Libia, la periferia de Aleppo, en Siria y aquellas de Bagdad en Irak: un cráter volcánico cuyas erupciones no son hechas por fuerzas ciegas de la naturaleza, sino por errores aterradores de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
La primera expresión de esta guerra es el Islam. No debemos pensar que el islam es un enemigo que amenaza a Europa únicamente desde el exterior. El islam tiene a Europa rodeada, pero ya está dentro de ella. Está en Europa en el terrorismo, que todavía no ha explotado con todo su poder, pero también en las masas de inmigrantes que la invaden, según un plan preestablecido. Los clandestinos no huyen de la guerra: la traen a Europa.
Hasta los años 90, claramente parecía que el Islam avanzaba en su marcha de conquista según líneas estratégicas. La línea “dura”, la hard-jihad, que es aquella del islamismo radical, que quiere llegar a la hegemonía mundial, a través de los instrumentos de la guerra y del terrorismo: durante muchos años, se expresó sobre todo en el movimiento de Ben Laden, Al Qaeda.
La línea “suave”, la soft-jihad, aquello que se llama el islamismo moderado, se expresaba sobre todo en los instrumentos de la inmigración y de la demografía. Los Hermanos Musulmanes, fundados por Hasan al-Banna en 1928, son la expresión de esta estrategia de expansión que, como lo recuerda Magdi Allam, prometió la islamización de la sociedad desde el fondo, por el control de las mezquitas, de los centros culturales islámicos, de las escuelas coránicas, de los establecimientos caritativos y de las instituciones financieras.
Este ataque traído al occidente por medio de dos líneas estratégicas complementarias, ha conocido después de un año, una aceleración inesperada. La línea dura de la hard-jihad hizo un gran avance cualitativo, pasando de Al Qaeda al El, (o como le dicen los árabes, Daesch). En un año hemos asistido al nacimiento y desarrollo de un estado islámico que tiene como objetivo declarado reconstituir este califato universal que, como lo explicó desde los años 90 la principal especialista del Islam, BatYe’or, no es el sueño de los fundamentalistas, sino el objetivo de todo verdadero musulmán.
Pero el fenómeno de aceleración caracteriza igualmente a la soft-jihad. La inmigración se transformó en una invasión masiva de Europa y, aparentemente, imparable. En total, tan sólo en el mes de julio, 107,500 inmigrantes clandestinos llegaron a Europa, siendo más del triple en relación a julio de 2014. Las demandas de asilo han alcanzado en un año, tan sólo en Alemania, la cifra de 800,000. ¿Cómo no pensar en un plan preestablecido? La imposición de gobiernos nacionales europeos no revela su incapacidad, sino su complicidad en el plan de islamización de Europa.
El estado islámico dijo el padre Douglas Al Bazi en agosto pasado, en el Meeting de Rimini, en Italia, es el Islam auténtico, verdadero al 100%. No es una interpretación errónea, ni una tendencia. Es el Islam auténtico, como lo es también el islam político que está en proceso de tomar el poder por instrumentos democráticos. Se trata de dos caras de la misma medalla aterradora, dos estrategias complementarias de la misma máquina de guerra. Eurabia es el nombre de un proyecto que propone dividir Europa en dos.
La Europa latina, que comprende España, Francia e Italia, caerá bajo la influencia islámica. El caos económico y social podrá desestabilizar a estas naciones, siguiendo el modelo griego y sobre un escenario de inestabilidad donde el terrorismo se acompañará de una rebelión de nuevas masas islámicas. Una nueva cortina de hierro separará a Europa del norte, bajo la influencia alemana y anglo-americana de Europa del Sur, arabizada e islamizada. Es en esta perspectiva que se puede leer la referencia cada vez más frecuente en Roma.
En el acto de la fundación del califato yihadista, la predicación de la mezquita de Mosul del 4 de julio de 2014, Abu Bakr al Baghdadi, llamó a todos los musulmanes a unirse a él: si lo hacen, lo prometió, el islam llegará hasta Roma y dominará el mundo. En los videos difundidos por el El aparecía la bandera negra del califato que flotaba sobre el Vaticano, el Coliseo en llamas y un mar ensangrentado que lo sumergía.
Finalmente viene el anuncio del califato libanés: estamos al sur de Roma, mientras que Abu Muhammed al Adnani, portavoz del estado islámico de Iraq y de la gran Siria, anuncia: nosotros conquistaremos su Roma, quebraremos su cruz, reduciremos a sus mujeres a la esclavitud. (Magdi Allam, Kamikaze made in Europe, Mondadori, Italia, 2005, p. 22).
Libia es la puerta para llegar a Roma, es el título de una nueva campaña de terror del EI en Libia, que publicó en Twitter una serie de imágenes mostrando la ciudad eterna en llamas cubierta por un mapa de Libia donde se extiende la bandera negra del califato. En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, un combatiente del EI, Abu Gandal el Barkawi, llama a los yihadistas a ir a Roma, o Romia, pasando por Libia, la puerta hacia Roma. En el texto, Barkawi agrega las armas de los otomanos han sido lanzadas y han rodeado Roma, después de haber conquistado Libia al sur de Italia. Quien quiere tomar Roma y Andalucía debe comenzar por Libia. (Ansa.it, 25 agosto 2015). No se trata de afirmaciones aisladas.
El sitio inteligente SITE, hizo conocer un e-book yihadista que alienta a los musulmanes que viven en occidente a reagruparse en una “banda” para formar movimientos de dhijad donde el fin último es la conquista de Roma. Hassan Hassan escritor sirio y co-autor, con el periosdista Michael Weiss, del libro Isis. Inside the Army of Terror, afirma que no hay que infravalorar las amenazas que el estado islámico dirige desde hace mucho tiempo al mundo occidental ya que Abu Bakr al-Baghdadi, el jefe de la organización yihadista, tiene realmente la intención de conquistar el mundo.
Es este mismo objetivo anunciado desde hace más de diez años por el principal representante de los Hermanos Musulmanes, el iman Yusuf al Qaradawi, quien en una fetua promulgada el 27 de febrero de 2005, declaró que al final, el islam gobernará y será el maestro del mundo entero. Uno de los signos de la victoria será la conquista de Roma, la ocupación de Europa, la derrota de los cristianos, y el creciente número de musulmanes que se convertirá en una fuerza que controlará todo el continente europeo.
Yusuf al Qaradawi quien, después de haber llevado la “primavera árabe” egipcia, fue condenado a muerte por rebeldía por la Corte de Asís del Cairo el 16 de junio pasado, es el presidente del European Council for Fatwa and Research, cuya sede se encuentra en Dublín, punto de referencia teológica de organizaciones islámicas ligadas a los Hermanos Musulmanes. Sus ideas, difundidas por la cadena satelital Al Jazeera, influencian una gran parte del islam contemporáneo. Para los Hermanos Musulmanes, así como para el Estado Islámico, el objetivo final no es París o Nueva York, sino la ciudad de Roma, centro de la única religión que desde su nacimiento, el islam quiere deshacer. El verdadero enemigo no es ni los Estados Unidos, ni el Estado de Israel, sino la Iglesia Católica y la civilización cristiana, para la cual la religión de Mahoma representa una parodia diabólica.
El objetivo es Roma, ¿por qué? Porque la guerra en curso, antes de ser económica, política y demográfica es, como siempre, religiosa. Porque es de Roma de donde viene la fuerza moral que en 1571, en Lepanto, y en 1683, en Viena, rechazó el Islam.
El Papa Francisco no es San Pío V, pero Roma continúa siendo el corazón del mundo, su centro, porque su fuerza reside en Jesucristo. Aquel que fundó y continúa guiando a su Iglesia. Debemos comprender lo que significa Roma para el islam. Y debemos, sobre todo, comprender lo que significa Roma para nosotros.
Profesor Roberto de Mattei
Fuente: Correspondance Européenne