La Unidad de la Iglesia y el Verdadero Ecumenismo

En este artículo, tomado del ciclo de pláticas "A 50 años del Concilio", el R.P. Rodríguez, de la FSSPX, nos explica breve y concisamente cuáles son las cuatro notas, o propiedades esenciales de la Iglesia Católica, y en qué consiste el verdadero ecumenismo.
La Santa Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo es única, es decir, no existe más que una sola Iglesia; Ella goza de una perfecta unidad interna; no está dividida ni tiene partes independientes entre sí, es una en su constitución interna. Más aún, la unidad interna de la Iglesia de Cristo es la razón que determina el que sea única: es una y única, y es única porque es una.
Esta unidad no se pierde con las herejías o cismas; aunque la Iglesia lamenta dichas divisiones no pierde por éstas su unidad, no se resiente en su constitución interna, permanece una y única.
Nunca faltaron hombres, tanto católicos como disidentes, que se esforzaron en promover la unidad por medio de acercamientos entre los disidentes de la Iglesia y los católicos. He aquí lo que se ha llamado movimiento ecuménico del cual ha hablado repetidas veces el Magisterio de la Iglesia, pudiendo encontrarse documentos al respecto desde 1864; en dichos documentos la Iglesia condenó las desviaciones que se produjeron y estableció los verdaderos métodos y campos de acción del ecumenismo católico.
Considerando que existe una relación entre el concepto de ecumenismo y el de unidad vamos a exponer brevemente algunas nociones sobre la unidad de la Iglesia y el verdadero ecumenismo.
I) LA UNIDAD DE LA IGLESIA
La Unidad de la Iglesia, junto a la Apostolicidad, la Santidad y la Catolicidad forman lo que llamamos "las cuatro notas" de la Iglesia.
a) Las notas de la Iglesia
Sabemos que es necesario que todos puedan conocer fácilmente la Iglesia de Cristo, porque sólo en Ella se halla la religión verdadera y obligatoria. Para lograr esto, Cristo ha dado a su Iglesia ciertas señales o, más bien, propiedades esenciales, que la distinguen como la Iglesia verdadera de toda "iglesia" fundada por los hombres. Podemos definir, entonces, a las "notas de la Iglesia" como propiedades características de la verdadera Iglesia de Cristo que revela al exterior, por carácteres o señales esenciales y permanentes[1], su esencia íntima de sociedad sobrenatural[2]. Estas propiedades esenciales o notas son 4:
- La Unidad: La definiremos más adelante.
- La Santidad: Propiedad por la cual la Iglesia tiene el poder de producir sin cesar hombres de un valor moral sublime.
- La Catolicidad: Propiedad que la Iglesia tiene de pode reunir e integrar a los hombres de todos los tiempos, lugares, condiciones en una unión sublime, respetando sus legítimas diversidades.
- La Apostolicidad: Propiedad que la Iglesia tiene de relacionarse con los Apóstoles según una sucesión continua, conservando a través de los siglos su identidad, a pesar de tantas causas externas de disolución.
Si falta alguna de estas propiedades no se trata de la verdadera Iglesia de Jesucristo.
b) La nota de Unidad
La Unidad es la propiedad que la Iglesia verdadera tiene de poder realizar una unión maravillosa de las inteligencias y de las voluntades de los hombres, sobre la base de una unidad sublime de doctrina, de culto y de gobierno.
Hay que distinguir entre la unidad externa y la interna. La unidad externa (llamada propiamente unicidad) es la negación de la multiplicación numérica: la Iglesia es única, fuera de Ella no existe otra Iglesia. La unidad interna (llamada propiamente unidad) es la negación de la división intrínseca: la Iglesia no está hecha de partes, sino que forma un todo conexo, es UNA.
La unidad de la Iglesia es triple:
- Unidad de Fe: Todos sus miembros profesan una misma doctrina, todos creen la misma verdad revelada por Dios y enseñada infaliblemente por la Iglesia.
- Unidad de Culto: Es la concordancia de todos sus miembros en la celebración del Sacrificio y en el uso de los sacramentos y actos litúrgicos, bajo la suprema potestad de santificación de la Iglesia.
- Unidad de Gobierno: Es el concurso de las voluntades de sus miembros hacia el mismo fin social, bajo la suprema potestad de gobierno de la Iglesia. Todos sus miembros obedecen a la misma autoridad suprema, legítima sucesora del Primado concedido a San Pedro. Jesucristo ha sometido a su sociedad a una única autoridad suprema, que es la del Papa.
Este triple vínculo forma un todo, de modo que, donde falta uno de ellos falta la verdadera Iglesia de Cristo.
c) Sólo la Iglesia Católica posee la nota de Unidad
Unidad de Fe: La Iglesia romana es la única que mantiene y confiesa todos los dogmas, y sólo esos, que la Iglesia primitiva, al ser fundada por Cristo, admitía explícita o implícitamente. Lo cual se prueba por la evidencia de los Símbolos, de las profesiones de fe, de la predicación unánime y constante de la misma doctrina desde los Santos Padres hasta el presente, teniendo como regla el Magisterio infalible del Romano Pontífice.
Unidad de Culto: Sólo la Iglesia Católica posee un único Sacrificio (la Misa); los mismos siete sacramentos, y siempre ha administrado los mismos, ni más ni menos; su rito es esencialmente uno, si bien por las circunstancias de lugar, tiempo o personas ha sido modificado accidentalmente en una cierta variedad de ceremonias. Asimismo, la Liturgia es regulada por la misma cabeza.
Unidad de Régimen: Sólo en la Iglesia romana uno es el Maestro y Cabeza suprema, poseyendo la jurisdicción suprema sobre todos los fieles (reyes, príncipes, obispos, sacerdotes y fieles), y puede dirimir todas las controversias en las cuestiones de fe.
II) EL VERDADERO ECUMENISMO
Podemos definirlo como un movimiento de caridad por el cual la Iglesia Católica se esfuerza por reintegrar en su seno a los "cristianos" no católicos; tal como una madre busca a sus hijos extraviados bajo la autoridad de Pedro y sus sucesores y la profesión integral de la misma y única fe. Es un movimiento que pertenece propiamente a la Iglesia Católica, pues sólo en Ella puede realizarse la verdadera unidad.
Su método es totalmente realista fundamentado en la caridad, pues, partiendo de la Verdad revelada, expuesta en su integridad, tiende sus brazos a los que han errado, pero combate sin cesar el error.
Es, en síntesis, un movimiento conforme a la institución de Nuestro Señor Jesucristo; es parte integrante de la actividad y celo misionero de la Iglesia; es la aplicación del convencimiento de que "extra Ecclesia nulla salus" (fuera de la Iglesia no hay salvación).
[1] Es decir, que es algo objetivo, cuya apreciación no depende ni del sujeto ni del momento histórico en el cual se contempla.
[2] Es decir, que muestra que tal sociedad con dichas características es una sociedad divina y no meramente humana.