La violencia islámica ataca a sacerdote católico

Fuente: Distrito de México

Los católicos occidentales deben prepararse para una renovada amenaza proveniente del islam, independientemente del estatus oficial del Padre Hamel como mártir o víctima.

Como seguramente la mayoría de los católicos alrededor del mundo ya están enterados, el Padre Jacques Hamel fue asesinado el 26 de julio del 2016 en una iglesia ubicada en Saint-Etienne-du-Rouvray en la Región de Baja Normandía, en Francia, por dos hombres que afirman pertenecer al Estado Islamico (DAESH). Según los informes, los asaltantes tomaron como rehenes al Padre, a dos religiosas y a dos feligreses, mientras el sacerdote celebraba la Santa Misa, antes de cercenar la garganta del P. Hamel. Otro de los rehenes sufrió la misma suerte, aunque, afortunadamente, se espera que sobreviva.

Un gran número de católicos está proclamando al P. Hamel el primer sacerdote mártir del siglo XXI. En un comunicado oficial del R.P. Christian Bouchacourt, Superior del Distrito de Francia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, se destaca que el asesinato del P. Hamel fue motivado por el odio hacia la fe católica (odium fidei):

En Saint-Etienne-du-Rouvray, Francia, el islam ha dado el primer mártir del siglo XXI. Un hombre ha muerto, sacrificado, y no por supuestas razones políticas, sino por odio a la fe. El hecho ocurrió en una iglesia durante una misa celebrada por el sacerdote, y el asesinato se llevó a cabo junto con una profesión de fe islámica. En este caso, el martirio, en sentido canónico, está perfectamente calificado como tal.

El problema aquí es la religión islámica. Se quiere atribuir el hecho a un supuesto caso de "islamismo", pero está claro que esto es sólo una cortina de humo.  Ciertamente, sabemos que la mayoría de los musulmanes en Francia rechaza y condena el horror de este acto de barbarie perpetrado por salvajes, tal vez, ni siquiera practicaban el Islam hasta hace algunos meses. Por tanto, la comunidad musulmana, en conjunto, no es la culpable de este crimen.

Ya es hora de que nuestros políticos y las autoridades católicas pongan fin a esta ingenuidad mortal que fomenta la expansión del Islam en nuestro país, al promover la apertura de nuevas mezquitas y de los llamados "centros culturales musulmanes".  ¿Cuántas víctimas más hacen falta para que la cristiandad despierte finalmente de su letargo?

Los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X pertenecientes al distrito de Francia, prometen elevar sus oraciones por las víctimas de este ataque atroz, así como por sus familiares y seres queridos. También ofrecerán sus oraciones por sus compatriotas, que ahora están expuestos diariamente a actos indiscriminados de terrorismo. Por último, rezarán también por los musulmanes, pues ellos mismos son víctimas del Islam, tal como se manifestó, particularmente, en el hecho de que más de treinta personas de origen musulmán murieron en el reciente ataque terrorista en Niza.

¡Que Dios les conceda la luz para aceptar la fe en Jesucristo, único Salvador de la humanidad!"

R.P. Christian Bouchacourt, Superior del Distrito de Francia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X

Suresnes, 26 de julio del 2016

Esta postura es apoyada también por el arzobispo Anthony Fisher de Sidney, Australia. He aquí las palabras del obispo:

No podemos ignorar el hecho de que [esto fue] un ataque específico hacia nuestra fe cristiana. Los terroristas planearon entrar a una iglesia católica. Querían asesinar a un sacerdote de Jesucristo. Querían tomar como rehenes a monjas y feligreses. No estaban buscando un edificio viejo al azar con cualquier tipo de gente dentro.

Los terroristas recalcaron el significado de su acto llevando a cabo un sacrificio ritual del sacerdote frente al altar, mientras parodiaban una homilía. Así que el acto que cometieron no sólo fue un asesinato sino que además fue un sacrilegio, una profanación y una blasfemia. Su motivo no fue solamente tomar venganza por las políticas del gobierno laico francés, sino el odio hacia la Iglesia y sus sacerdotes, religiosos y fieles [.]”

El monje dominicano Dominic Prummer, quien es un docto teólogo moral, define el martirio de la siguiente manera:

El martirio es el padecimiento de una muerte corporal en testimonio de la religión cristiana. Por lo tanto, se deben probar tres condiciones para que una muerte sea calificada como martirio: a) muerte física; b) asesinato a manos de un enemigo cuya causa sea el odio hacia el cristianismo; c) aceptación voluntaria de la muerte. Por lo tanto, los siguientes casos no son mártires verdaderos: aquellos que hayan muerto a causa de alguna enfermedad contraída por cuidar a enfermos de lepra, aquellos que pierden la vida por verdades naturales o por herejía, o quienes [indirectamente] provocan su propia muerte para proteger su persona. La consecuencia del martirio es la remisión de todos los pecados y castigos ocasionados por éste, ya que es un acto de caridad perfecta.”

Aunque las autoridades correspondientes todavía están llevando a cabo una investigación detallada, está claro que los dos primeros elementos del martirio cristiano se han cumplido en el caso del Padre Hamel. Este hecho por sí solo debería enviar un poderoso mensaje a todos los cristianos que viven en el occidente: no están fuera del alcance de los islamistas radicales que buscan destruir la Iglesia. En otras palabras, la violencia musulmana en contra de los cristianos, incluyendo a los sacerdotes y religiosos, no es un “problema lejano” propio únicamente del Medio Oriente. Por otra parte, las aclaraciones meramente políticas o socio-económicas ofrecidas para explicar la violencia ejercida por los musulmanes contra los cristianos no son suficiente. Es un hecho conocido por todos los cristianos, que desde hace más de 1,000 años la diabólica religión del falso profeta Mahoma permanece constantemente en contra de la Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Jesucristo. 

En estos tiempos tan angustiosos debemos recurrir a Nuestra Señora, la Santísima Virgen María, para pedirle nos conceda su protección y nos de fuerza, especialmente si llegara el terrible momento en que fuéramos blanco de la violencia por nuestra fe. Supliquemos también a los poderosos santos de Francia, incluyendo a San Hilario de Poitiers, San Martín de Tours y Santa Juana de Arco para que liberen a su patria de la amenaza del islam militante.

Fuente: District of the USA