Las reliquias de San Cesáreo de Arlés en los Museos del Vaticano
Faja de San Ceráreo de Arlés
La exhibición Entre Arles y Roma: las reliquias de San Cesáreo, tesoros de la Galia paleocristiana se presentará en el Vaticano del 24 de marzo al 25 de junio de 2017, en el museo Pio Cristiano. La colección de reliquias de San Cesáreo (470-542), obispo de Arlés, presentará las vestimentas litúrgicas más antiguas del occidente cristiano.
Cesáreo nació en el año 470 en Borgoña, en Chalon-sur-Saone, en una familia católica de vieja cepa galo-romana. A los dieciocho años se manda tonsurar y se pone al servicio de su obispo. Dos años más tarde se retira al monasterio de Lérins, donde permanecerá cerca de diez años, adquiriendo una sólida formación. Con el fin de recibir tratamiento médico, es enviado a Arles, donde se encuentra con el rector africano Julien Pomère. El obispo de Arles, Eone, su pariente, lo ordena sacerdote y lo nombra abad del monasterio. En 502 es elegido para suceder a Eone.
Arles, donde Cesáreo llegó en 499 era una ciudad importante del reino visigodo, pero al convertirse en obispo en el 502, su origen burgundio levantó sospechas de parte de las autoridades visigodas arrianas. Exiliado a Burdeos en 505 por los visigodos, amenazado por una rebelión levantada contra él en Arlés asediada por los burgundios en 508, víctima más tardes de graves acusaciones, Cesáreo deberá comparecer como ya se había prevenido delante de Teodorico en Ravenne. Pero el rey le concede un juicio nulo y lo colma de presentes que fueron inmediatamente gastados para recuperar a los cautivos, particularmente a la población de la ciudad de Orange.
En ese entonces no existía en toda Galia más que un solo monasterio de mujeres, en Marsella. Cesáreo mandó ahí a su hermana Cesaría, antes de encomendarle la comunidad de monjas que él fundó en 512, en el barrio de la Hauture, en Arlés.
En 513, el papa Simaco le concede el privilegio de llevar el palio, lo confirma en su cargo de vicario de la Santa Sede para España y las Galias. Cesáreo organizó varios concilios: en Arlés en el año 524, en Carpentras en el 527, en Orange en el 529, en Vaison en el 529 y en Marsella en 533, donde se tomaron decisiones importantes en favor de las parroquias y de la formación del clero. Cesáreo extendió a los sacerdotes el privilegio de la predicación, que hasta ese entonces estaba reservada únicamente para los obispos, y se dedicó a componer recopilaciones de homilías inspiradas en San Agustín y San Ambrosio, consagrando un celo particular a su reproducción y difusión.
Fue un famoso predicador, de quien tenemos hoy en día 238 sermones acerca de todos los aspectos de la vida cristiana. Cesáreo fue también un teólogo y un legislador que se preocupó por establecer la tradición por escrito. Murió en el año 542 a la edad de 72 años, después de un episcopado de 39 años. Sus reliquias y sus sermones portan todos los símbolos espirituales y políticos de su época, así como expresan la sencillez de la vida de este obispo.