Lo esencial de la oración es la elevación del alma a Dios - palabras de Mon. Lefebvre
He aquí unas palabras de Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, sobre la parte fundamental de la oración, es decir, la elevación del alma a Dios, pues es muy fácil confundirse con devociones exteriores que, en ocasiones, pueden llegar a distraernos en vez de ayudarnos.
La Iglesia medita las enseñanzas recibidas y ruega para disponer a las almas a recoger santamente la gracia.
Lo esencial de la oración es la elevación de nuestras almas a Dios. Es un error creer que estamos obligados a leer todas las oraciones de la Misa para asistir a ella. Está muy bien asociarse a la fiesta: es algo excelente, pero se ha hecho de los misales un elemento casi esencial. El que no abre su librito durante la misa y lee las oraciones escandaliza al que lo ve, aunque quizá rece mejor que el que lee su misal. Si esa persona conoce bien las diferentes partes de la misa, se asocia a todas las oraciones del sacerdote y se prepara particularmente a la sagrada comunión, uniéndose profundamente en el amor a Nuestro Señor en ella, esa persona sigue la misa de modo admirable. Las bendiciones de Dios quizá se derramen más abundantemente sobre ella que sobre quien ha seguido con exactitud el misal, tal vez distrayéndose por tratar de comprender todas las palabras, apegándose a la letra y olvidándose del espíritu de la misa.
La nueva misa se concibió para que se entendiera todo; hay que seguir todo; por eso el sacerdote dice todo en voz alta, todo el mundo tiene que seguir y los fieles participan todo el tiempo. En realidad, los fieles rezan seguramente menos de lo que rezaban antes. No por nada el Concilio de Trento afirma: "Si alguno dijere que el rito de la Iglesia romana por el que parte del Canon y las palabras de la consagración se pronuncian en voz baja, debe ser condenado, sea anatema." Esto está en los canones sobre el santo sacrificio de la misa del Concilio de Trento.
En nuestra época existen ilusiones completas. Hay que atenerse a la definición de la oración. Lo que cuenta es la elevación de nuestras almas a Dios. Ahora bien, no cabe duda de que el santo sacrificio de la misa y toda la liturgia tradicional nos ayuda mucho a elevar nuestras almas a Dios.