Lunes de Pascua - textos litúrgicos
El misterio de la Pascua es tan vasto, y tan profundo, que no serán demasiado siete días para meditarle y profundizarle. En la jornada de ayer no hicimos sino contemplar a nuestro Redentor saliendo del sepulcro, y manifestándose a los suyos hasta seis veces, en su bondad y en su poder. Continuaremos tributándole los homenajes de adoración, de reconocimiento y de amor a los cuales tiene derecho por este triunfo, que es nuestro al mismo tiempo que suyo; pero debemos también penetrar respetuosamente el conjunto maravilloso de doctrina y de acontecimientos cuyo centro es la Resurrección de nuestro divino libertador, para que la luz celestial nos ilumine más y más y nuestra alegría crezca constantemente.
EL MISTERIO DEL CORDERO
¿Qué significa, pues, el misterio de la Pascua? La Biblia nos responde que la Pascua es la inmolación del Cordero. Para comprender la Pascua, es necesario comprender antes el misterio del Cordero. Desde los primeros siglos del cristianismo se representaba el emblema del cordero en los mosaicos y en las pinturas murales de las Basílicas, como el símbolo que expresaba la idea del sacrificio de Cristo y de su victoria.
Por su actitud, rebosante de dulzura, el Cordero expresaba la abnegación que le habla impulsado a dar su sangre por el hombre; pero se le presentaba de pie sobre una verde colina, y los cuatro ríos del paraíso fluían a su mandato debajo de sus pies, figurando los cuatro Evangelios que han llevado su gloria a los cuatro puntos del mundo. Más tarde.se le representó empuñando una cruz de la que pendía una banderola triunfal: ésta es la forma simbólica con la cual le veneramos en nuestros días.
EL CORDERO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Después del pecado, el hombre no podía ya prescindir del Cordero; sin el Cordero se veía desheredado para siempre del cielo y expuesto para siempre a la cólera divina. En los albores del mundo el justo Abel solicitaba la clemencia del Creador irritado, inmolando sobre un altar de césped el más lucido cordero de su rebaño, hasta que, cordero él mismo, cayó a los golpes de un fratricida, convirtiéndose de este modo en el modelo vivo del nuevo Cordero, a quien también sus propios hermanos condenaron a muerte. Más tarde, Abraham, sobre la montaña consumaba el sacriñcio comenzado por su heroica obediencia, inmolando el carnero cuya cabeza estaba rodeada de zarzas y cuya sangre tiñó el altar levantado para Isaac. Más tarde, Dios habló a Moisés; le reveló la Pascua; esta Pascua consistía entonces en un cordero inmolado y en el festín de la carne de este cordero. La Santa Iglesia nos ha hecho leer estos días en el libro del Exodo lo que a este respecto había mandado el Señor. El cordero pascual no debía tener ninguna mancha; se debía derramar su sangre y comer su carne; tal era la primera Pascua. Está llena de figuras, aunque vacía de realidades; con todo había de bastar al pueblo de Dios durante quince siglos; pero el Judío espiritual sabía vislumbrar allí las huellas misteriosas de otro Cordero.
EL VERDADERO CORDERO
Después que llegada la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo a la tierra, caminaba una vez este Verbo poseyeron en otro tiempo, han recobrado, por inagotable poder de la sangre divina, su integridad primera. Toda la asamblea de los fieles se ha revestido de la veste nupcial; y este vestido es de un brillo deslumbrante, porque "ha sido blanqueado en la sangre del mismo Cordero." (Apoc., VII, 14.)
EL FESTÍN PASCUAL
Pero esta vestidura se nos ha dado para un festín, y en este festín encontramos otra vez a nuestro Cordero. Es él mismo el que se da en comida a sus felices convidados; y el festín es la Pascua. Las actas del Apóstol San Andrés se expresan de este modo: "La carne del Cordero sin mancha sirve de comida al pueblo que tiene fe en Cristo; su sangre le sirve de bebida; y aunque inmolado, este Cordero permanece siempre íntegro y vivo." Este festín se celebró ayer en toda la tierra; se prolonga también en estos días en los que contraemos una estrecha unión con el Cordero que se incorpora a nosotros por este divino manjar.