Miércoles de la tercera semana de Cuaresma
La Iglesia procura ponernos en guardia contra la observancia de prácticas meramente externas de adoración, que no estén unidas a los actos de caridad.
La Estación, en Roma, se celebra en la Iglesia de San Sixto, en la Vía Apia. Hoy se la llama San Sixto el antiguo, para distinguirle de otra iglesia consagrada a la memoria del mismo santo Papa y mártir.
COLECTA
Suplicámoste, Señor, hagas que, educados con saludables ayunos, y absteniéndonos además de los vicios perjudiciales, alcancemos más fácilmente tu misericordia. Por el Señor.
EPÍSTOLA
Lección del libro del Éxodo.
Esto dice el Señor, Dios: Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas largos años sobre la tierra, que te dará el Señor, tu Dios. No matarás. No fornicarás. No hurtarás. No levantarás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo: ni desearás su mujer, ni su siervo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo que es suyo. Y todo el pueblo veía las voces, y los relámpagos, y el sonido de la trompeta, y el monte humeante: y, atemorizados, y poseídos de pavor, se quedaron lejos, diciendo a Moisés: Háblanos tú, y te oiremos: que no nos hable el Señor, no sea que muramos. Y dijo Moisés al pueblo: No temáis, pues ha venido Dios para probaros, y para que su temor more en vosotros y no pequéis. Y el pueblo se quedó lejos. Moisés, en cambio, se acercó a la nube en que estaba el Señor. Dijo además el Señor a Moisés: Esto dirás a los hijos de Israel: Habéis visto que os he hablado desde el cielo. No os fabricaréis dioses de oro. Me levantaréis un altar de tierra, y me ofreceréis sobre él vuestros holocaustos y hostias pacíficas, vuestras ovejas y bueyes, en todo lugar donde hubiere memoria de mi nombre.