Multiplicar los seminarios - Palabras de Mons. Lefebvre
La primera preocupación de los obispos tiene que ser la formación de verdaderos sacerdotes. A mí, que soy obispo y no tengo oficialmente ningún cargo, me pareció que lo mejor que podía hacer por la Iglesia y la restauración del reinado de Nuestro Señor en la Iglesia y en la sociedad, era formar sacerdotes, y por lo tanto, abrir seminarios y preparar formadores de sacerdotes.
Hay que multiplicar los seminarios. Esta es la primera finalidad de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Haría falta un seminario en Canadá, otro en México, en Colombia y en África del Sur; lo mismo en Irlanda, en Inglaterra y en todas partes... Hacen falta sacerdotes, y no cualesquiera, para renovar la Iglesia y restaurar el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo.
A veces se oye decir: "La situación está cambiando y el número de seminaristas aumenta; por ejemplo: en el seminario de Paderborn, acaban de entrar 39 seminaristas el año pasado; en Augsburgo, 25; en un seminario nuevo de Argentina, un obispo ha procurado restablecer un poco la tradición y muchos jóvenes se sienten atraídos por el uso del latín y por cierta disciplina..."
Sin embargo, hay que ver de cerca qué tipo de filosofía se les enseña, qué liturgia se emplea e incluso qué disciplina general tienen. A esos jóvenes seminaristas no se les enseña la filosofía escolástica, que sigue siendo la verdadera filosofía de la Iglesia, sino una historia de la filosofía (es decir: todas las filosofías), pero no se aprenden los verdaderos principios de la filosofía. Lo mismo sucede con la teología; se estudia sobre todo apologética y Sagrada Escritura. De modo que esos sacerdotes no sólo se forman sino que se deforman.
Hace poco vino a vernos a nuestro seminario de Zaitzkofen un profesor de Paderborn, y nos dijo: "Es verdad que tenemos seminaristas y que cuando llegan vienen con muy buenas disposiciones y con deseos de aprender la Verdad, pero al cabo de uno o dos años se dan cuenta de que se les deforma completamente y de que no se les enseña lo que habían venido a aprender; entonces se desaniman, pierden la noción de la verdad y se van a otras partes."
Otro ejemplo: el seminario de Ratisbona se consideraba hasta hace poco tiempo como el seminario tradicionalista en Alemania y Monseñor Graber era considerado también como tradicionalista, pues había escrito un librito "reaccionario" contra algunas posturas del Concilio. Yo lo fui a visitar y, ¿qué me dijo? - "Sí, tengo seminaristas; he ordenado a 18 sacerdotes este año y voy a tener aún más vocaciones..." - "Entonces - le pregunté yo - ¿está usted contento?" -"No tanto - me dijo - pues muchos seminaristas no asisten a la misa de la mañana y muchos de ellos llevan el pelo largo hasta los hombros..."
Con todo, nosotros nos alegraríamos y daríamos gracias a Dios si hubiese seminarios que empezaran a volver al buen camino, pero no sucede así. Conforme va pasando el tiempo habrá aún menos profesores que conozcan la filosofía de Santo Tomás o la auténtica teología. Por esto, una buena parte de los seminaristas de la Fraternidad San Pío X estarán destinados a su vez a ser profesores en nuestros seminarios. Es algo absolutamente indispensable.
Monseñor Marcel Lefebvre+
Soy yo, el acusado, quien tendría que juzgaros
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