Oraciones para el mes del Sagrado Corazón
En el mes de junio, les proponemos estas hermosas oraciones que pueden rezar todos los días para honrar el Corazón de Jesús.
Oración preparatoria
Dios mío, me postro ante vuestra soberana presencia; yo os adoro en unión de vuestro Santísimo Hijo y deseo unir mi corazón al suyo, para ofreceros una oración pura y agradable a vuestros divinos ojos. Y Vos, Virgen Santísima, Ángel de mi guarda y Santos de mi devoción, interceded por mí, a fin de que pueda meditar las excelencias del amor de Cristo. Amén.
Deprecaciones
¡Oh preciosa Herida, abierta en el Sagrado Corazón para dar paso a las llamas de su inmenso amor! Haced que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de la inmundicia del pecado. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
¡Oh Corona de Espinas que atormentasteis al Corazón Sagrado con las puntas crueles de nuestros pecados! Alcanzadnos un santo y sincero arrepentimiento de nuestros pecados. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
¡Oh Cruz plantada en el Corazón de Cristo, árbol frondoso alimentado por la sangre divina, signo de vuestro ardiente deseo de ser crucificado! Concedednos una entera resignación a los designios de la Providencia. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Acto de Consagración
Soy vuestro, oh buen Jesús, porque sois mi Creador, porque desde la eternidad me habeis llevado en vuestra inteligencia como el niño es llevado en las entrañas de la madre; soy vuestro porque me rescatasteis del poder del demonio y me comprasteis con el precio de vuestra preciosísima sangre; soy vuestro como el hijo es del padre, como el sarmiento es de la vid, como el fruto es del árbol, pues frutos de vuestra Cruz somos todos los cristianos. Y aunque mil veces me he rebelado contra Vos, vuestro Corazón dulcísimo no ha dejado de amarme; por mí derramasteis lágrimas de dolor en los días de mi prevaricación, y movido por vuestro Corazón amantísimo, no sosegasteis hasta volverme a la gracia.
¡Oh Corazón que tanto me amasteis! ¡Oh Corazón que tantas veces acongojé y llené de amargura! A vos me consagro, y protesto mil veces de no daros en adelante motivo alguno de aflicción; antes, recordando las pasadas ocasiones en que os llené de amargura, propongo amaros por los que no os aman, honraros por los que os desprecian, propagar vuestra gloria para reparar el desconsuelo con que acibaran vuestro Corazón los que, estando obligados a propagarla, os miran con la mayor indiferencia. Propongo emplear todo mi corazón en amaros, y quisiera tener mil corazones para amaros más y más; quiero que desde hoy sea mi alma un sagrario vuestro, cerrado a toda vana pasión humana, un lugar de descanso para Vos, y viva imagen de vuestro Corazón, de suerte que, dedicándose durante toda la vida a amaros, tenga en su agonía por último pensamiento un acto de amor a Vos, oh Jesús dulcísimo, que queréis glorificar mi alma por toda la eternidad. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!
¡Dulce Corazón de María, sed nuestra salvación!