Peregrinación papal a Fátima, mayo 12-13, 2017
El Papa Francisco llegó a la base militar de Monte Real, Portugal, el 12 de mayo del 2017, en su 19° viaje apostólico. En el avión dijo a los periodistas que éste era un viaje para orar con Nuestra Señora, la Santa Madre de Dios. Ciertamente, el Papa desea "presentarse ante la Virgen en su rol de pastor universal".
La tarde del 12 de mayo, en el santuario de Fátima, el cardenal Pietro Parolin recordó a los fieles "lo que Fátima nos pide", durante su homilía. "Perseverancia en nuestra consagración al Inmaculado Corazón de María, puesta en práctica día con día rezando el rosario. ¿Y si la guerra continúa aun con nuestros rezos? Aunque no veamos los resultados inmediatos, perseveremos en la oración. Nunca es inútil. Tarde o temprano dará frutos. La oración es una inversión capital en las manos de Dios, y Él la hará fructificar a su tiempo y según su plan, los cuales son muy distintos a los nuestros." La conversión, las oraciones de reparación y la consagración a su Corazón Inmaculado "son la única respuesta para detener el mal y vencerlo," insistió. Así pues, los humanos ganan esta batalla "cuando son capaces del sacrificio que se vuelve reparación". Éste es el mensaje de consolación y esperanza, afirmó el Secretario de Estado de la Santa Sede, que la Virgen de Fátima transmitió a la humanidad en guerra y a la Iglesia sufriente: "Al fin, mi Corazón Inmaculado triunfará" (aparición de julio, 1917).
Rusia no ha sido consagrada
La parte del mensaje de la Santísima Virgen concerniente a la consagración de Rusia no fue mencionada, aun cuando el cardenal Parolin no dudo en declarar que "el pueblo, los obispos y el Papa no han sido sordos a las peticiones de la Madre de Dios y a la humanidad: el mundo entero ha sido consagrado a ella." Pero la hermana Lucía declaró en 1989, al cardenal Bernard Law, arzobispo de Boston: "El Santo Padre considera que la consagración ha sido hecha, tan bien como se pudo dadas las circunstancias. Pero, ¿fue hecha en la forma específica de consagración colegial que ella pidió y quería? No, eso no ha sucedido."
Al final del primer día de la peregrinación al santuario en Fátima, el Papa Francisco procedió con la procesión de las velas, antes de hablar frente a la multitud de "Peregrinos con María": "¿Cuál María?... ¿La Virgen María del Evangelio venerada por la Iglesia en la oración, o una María de nuestra propia invención? ¿La que detiene el brazo de un Dios vengativo; la que es más dulce que Jesús, el Juez implacable; la que es más misericordiosa que el Cordero sacrificado por nosotros?" Continuó explicando: "Debemos poner la misericordia antes que el juicio, y de cualquier manera, el juicio divino siempre se hará bajo la luz de su misericordia. Obviamente, la misericordia de Dios no anula su justicia, puesto que Jesús tomó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado, junto con su castigo correspondiente. No anuló el pecado, sino que lo redimió por nosotros en la Cruz. Por lo tanto, en la fe que nos une a la Cruz de Cristo, somos liberados de nuestros pecados; dejamos de lado todo miedo y preocupación, como corresponde a los que son amados (cf. 1 Jn 4:18)."
Los comentarios del Papa Francisco generan dudas
Lo anterior llevó a Ricardo Cascioli a escribir para el portal de noticias italiano La Nuova Bussola el 14 de mayo: "Tal parece que la fe en Cristo crucificado es suficiente para ser salvados: ésta es una declaración que, expresada de esa manera, imita la postura de Lutero, anulando la libertad del hombre. Pero, entonces, ¿qué sentido tendría mostrar a estos niños la visión del infierno, o pedir oraciones, penitencia o sacrificios en reparación por los pecados? Esas son preguntas que no se pueden evadir fácilmente. La Iglesia ha aprobado la veracidad de las apariciones y de los mensajes comunicados." Y el columnista insiste: "Claro está, que esta aparición fue también una manifestación de la misericordia divina por sobre el juicio y la justicia. Esto da la impresión de ser una amnistía indiscriminada en donde el comportamiento humano ya no es importante."
La canonización de los pastorcitos
El 13 de mayo, el Papa Francisco canonizó a dos de los tres pastores que vieron a la Virgen María hace cien años, Francisco y Jacinta Marto. Al principio de la Misa, celebrada en el pabellón del santuario en Fátima, el Papa pronunció en portugués la fórmula de la canonización de los dos pastorcitos, elevándolos a los honores del altar universal de la Iglesia. Francisco y Jacinta son los niños más jóvenes no mártires en ser proclamados santos en la historia de la Iglesia. Los hermanos tenían 9 y 7 años, respectivamente, al momento de las apariciones ocurridas del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917.
Durante su homilía, el supremo Pontífice explicó que la Virgen María "nos advirtió sobre un estilo de vida sin Dios que, de hecho, profana a Dios en sus creaturas. Una vida así... nos pone en peligro de ir al infierno." El Papa continuó: "Según el testimonio de Lucía, los tres niños elegidos se encontraban rodeados por la luz de Dios que irradiaba de Nuestra Señora. Ella los envolvió en el manto de luz que Dios le había dado. De acuerdo con la creencia y experiencia de muchos peregrinos, si no es que de todos, Fátima es por sobre todo este manto de luz que nos protege aquí como en ningún otro lugar terrenal. Debemos buscar refugio bajo la protección de la Virgen María y pedirle como nos enseña la Salve Regina: "Muéstranos... a Jesús." El Papa añadió: "Al "pedir" y "ordenar" que cada uno de nosotros cumpla con sus obligaciones propias de estado (Carta de Sor Lucía, febrero, 28, 1943), Dios pone en marcha una movilización general contra la indiferencia que hiela el corazón y empeora nuestra miopía." Pero no hizo mención específica de las peticiones de la Santísima Virgen.
El 14 de mayo, Roberto de Mattei esribió en Corrispondenza Romana: "Este año se celebran dos centenarios contrastantes: las apariciones de Fátima y la Revolución Bolchevique de Lenin y Trotsky, que tuvo lugar en Rusia durante el mismo mes en que se completó el ciclo mariano en Portugal. En Fátima, la Santísima Virgen anunció que Rusia propagaría sus errores por el mundo y que estos provocarían guerras, destrucciones, revoluciones y persecuciones contra la Iglesia. Para evitar estas desgracias, la Santísima Virgen pidió por sobre todo el sincero arrepentimiento de la humanidad y un retorno a los principios del orden moral cristiano. A esta necesaria enmienda de los cristianos, la Santísima Virgen añadió dos peticiones específicas: la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, hecha por el Santo Padre en unión con los obispos del mundo, y la propagación y práctica de la devoción de los Primeros Sábados, consistente en unirse a ella, tras confesarse y comulgar durante cinco primeros sábados consecutivos, meditando por quince minutos y rezando el rosario. La propagación de la práctica de los primeros sábados del mes nunca ha sido promovida por las autoridades elesiásticas, y los actos pontificios de encomendación y consagración a la Virgen María han sido parciales e incompletos."
Fuentes: cath.ch / imedia / vatican / nuova bussola / Corrispondenza Romana / FSSPX.News - 05/26/17