¿Por qué el Papa no responde a las Dubia?
Claudio Pierantoni, de Chile, se pregunta la razón del silencio del Papa desde que recibió las dubia el 19 de septiembre del 2016.
Durante la conferencia internacional celebrada en Roma el 22 de abril del 2017 sobre el tema "Aportando Claridad" respecto a las dubia presentadas al Papa Francisco sobre Amoris laetitia, (ver Conferencia internacional en Roma sobre las Dubia) uno de los conferenciantes, Claudio Pierantoni, de Chile, se preguntó, al término de su plática, la razón del silencio del Papa.
Lo que resulta evidente en la situación actual, es precisamente la distorsión doctrinal básica que, aun cuando evita hábilmente cualquier fórmula directamente heterodoxa, manipula las cosas sistemáticamente para atacar no solamente algunos dogmas en particular, como la indisolubilidad del matrimonio y la objetividad de la ley moral, sino también la idea misma de la doctrina segura y, con ello, a la persona de Cristo como Logos (Palabra de Dios). Y el Papa es la primera víctima de esta distorsión doctrinal, aunque - y esto es una hipótesis mía - ni siquiera se dé cuenta, y es la víctima de una separación que afecta a grandes sectores de la enseñanza teológica.
En este contexto, las dubia, es decir, las cinco preguntas presentadas por los cuatro cardenales, llevan al Papa a un punto muerto. Si responde negando la Tradición y Magisterio de sus predecesores, sería considerado formalmente un hereje, y por lo mismo, no puedo hacer eso. Si, en cambio, responde en concordancia con el Magisterio anterior, estaría contradiciendo una parte importante de las principales acciones doctrinales que ha realizado durante su pontificado, y por lo tanto, es una decisión muy difícil. Esa es la razón por la que elige permanecer en silencio, porque, humanamente hablando, la situación podría parecer un caso perdido. Pero, mientras tanto, la confusión y el cisma de facto continúan propagándose en la Iglesia.
En vista de lo anterior, ahora más que nunca es necesario un acto adicional de valentía, un acto de verdad y caridad por parte de los cardenales, pero también de los obispos y de todos los laicos competentes que quieran tomar parte en él. En una situación tan grave de peligro para la fe y de escándalo general, la corrección fraterna y sincera dirigida a Pedro, no sólo es lícita sino que se convierte en un deber, por su bien y el de toda la Iglesia.
La corrección fraterna no es un acto hostil ni una falta de respeto o desobediencia. No es más que una exposición de la verdad: caritas in veritate, caridad en la verdad. El Papa es nuestro hermano, aun antes de ser Papa.
Continúan las especulaciones sobre el silencio del Papa
El 9 de enero del 2017, el filósofo francés Thibaud Collin, quien también participó en la conferencia en Roma, planteó la misma pregunta sobre el silencio del Papa en un artículo del periódico L'Homme Nouveau a principios de este año.
¿Qué significa este silencio? Podemos interpretarlo de dos modos. El primero, hablando humanamente, es que el Papa se niega a responder porque considera que el texto de la Exhortación está perfectamente claro. Le encargó al Cardenal Schönborn explicar lo que el Cardenal Kasper llama un "nuevo paradigma", el del acompañamiento de personas. Todavía tiene que explicarse cómo es que este nuevo paradigmaa está relacionado con el anterior. Los cuatro cardenales solicitaron una aclaración sobre este punto, misma que les fue negada. Sin embargo, el Papa ha respondido indirectamente al declarar al diario Avvenire (noviembre 18, 2016):
Existe gente que sigue sin entender, que razona en blanco y negro, aun cuando se debe practicar el discernimiento en el flujo de la vida.
Y en una carta privada (que fue oportunamente publicada) dirigida a los obispos de Buenos Aires, responde a su texto diciendo:
El documento es muy bueno y explica perfectamente el significado del Capítulo 8. No existen más interpretaciones.
Por último, el Cardenal Farrell, Prefecto del nuevo dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, criticó públicamente a su compatriota estadounidense, el arzobispo Chaput, por su rigurosa interpretación de la Exhortación.
La segunda interpretación es sobrenatural: consiste en decir que si el Papa no responde oficialmente sino a través de opiniones o intermediarios, es porque no puede oponerse al Magisterio previo y a la Palabra de Dios de manera directa. ¿No fue el mismo Jesús quien les recordó a los fariseos (Mt. 19:3-12), que estaban atrapados en su paradigma casuístico, el caracter normativo de la verdad sobre el matrimonio, como Dios lo instituyó "en el principio"?
Por lo tanto, la doctrina de la Iglesia y la explicación de la palabra de Dios no es abstracta ni está desconectada de las personas, como insisten tantos "pastores". La ley de Dios tampoco es un ideal que se convierte en una carga intolerable para los fieles cuando les pedimos que la obedezcan. Es la fuente de la vida en las circunstancias concretas de la vida de cada persona. Dios siempre da la gracia para vivir lo que Él ordena. Finalmente, recordemos que el discernimiento, tan preciado por San Ignacio de Loyola, sólo puede realizarse respecto a actos buenos y nunca sobre actos intrínsecamente malos. No existe un modo prudente de ser adúltero.
Fuente: L’Espresso, French translation by Diakonos /Homme Nouveau – FSSPX.News - 04/28/2017