Publicación del Boletín de Puebla - Diciembre 2016
En este boletín encontrarán los horarios de misa para el mes de diciembre, así como varios artículos relacionados con el Adviento, el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, el origen del árbol de Navidad y fotografías de los avances de la construcción de la capilla ubicada en la Misión San Ignacio.
La capilla San Ignacio, de Puebla, depende del Priorato Beato Rafael Guizar y Valencia, de Orizaba.
Editorial
“El que persevere hasta el fin, ese será salvo.” Mt 24,13.
¡Estimados amigos y bienhechores!
El Adviento nos prepara a la doble venida de Jesús: en Su carne, en el día de su Navidad, y en la gloria al fin de los tiempos. (Mt 16,27) El cristiano espera a este "día de las lágrimas, cuando el mundo volverá a cenizas" con temor pero también con esperanza, porque este día llevará el triunfo final de Cristo y de su Iglesia.
Varias veces nuestro Salvador anunció su segunda venida, particularmente en su pasión. (Mt 26,64) Jesús no dijo nada sobre la hora exacta del fin del mundo. ¡Aun los ángeles no la conocen! (Mt 24,36) Pero nos dio claras señales para discernirla, las dio para que sus fieles se mantengan firmes en la fe y no pierdan la esperanza. Porque en estos últimos tiempos el mal parecerá triunfar y el poder de seducción del mundo será tan grande que "si los mismos días no fuesen acortados, no se salvará ninguna carne." (Mt 24,22)
Estas señales pueden resumirse en siete puntos:
1. El Evangelio será predicado en todo el mundo. (Mt 24,14)
2. Las naciones perderán la fe y los hombres vivirán apegados a lo terrenal como en los días de Noé y de Lot (Mt 24,38), entregados a la lujuria y olvidándose de Dios. (Lc 17,26) Nuestro Señor predicó que el amor de Dios se enfriará y se preguntó si "el Hijo del hombre encontrará aun fe cuando vuelva a la tierra." (Lc 18,8) Las leyes perversas de nuestras sociedades y aun la situación religiosa en la misma Iglesia Católica demuestran la realización de esta señal. Desde la genuflexión de Pablo VI ante las Naciones Unidas el 4 de octubre 1965, los jefes de la Iglesia trocaron la única religión verdadera que puede llevar al hombre a Dios, con una nueva religión: la del "humanismo integral" conforme a los principios básicos de la masonería.
3. Los Judíos regresarán a su tierra y se convertirán a Cristo. Ya Oseas profetizó: "Durante muchos días los hijos de Israel permanecerán sin rey, sin príncipe, sin altar, y luego en los últimos tiempos volverán y buscarán a Jehová su Dios, y permanecerán en el temor del Señor." (Os 3, 5) En 1948 se constituyó el estado de Israel y se adoptó el hebreo que no se hablaba desde hace más de 2000 años, como idioma nacional.
4. Vendrá el Anticristo. Los Padres de la Iglesia ven en el Anticristo un ser humano y no un fenómeno social como lo sería el comunismo. Con la ayuda de Satanás, el anticristo hará milagros y se dejará adorar como si fuera Dios. (2 Tes 2,4-9) Él perseguirá terriblemente a los cristianos. Sin embargo, su reinado será de corta duración: 1.260 días según el libro del Apocalipsis (13, 5) y según Daniel. (7,25 y 12,11)
5. Enoc y Elías volverán y predicarán el arrepentimiento. (Mt 17,11 y Mal 4,5) Estos dos Santos fueron arrebatados de la tierra (Gen 5, 24 y Eclesiástico 44,16) y reservados por Dios para los últimos tiempos. (Ap 11,3 y Dan 12,11)
6. Se producirá una gran unidad en la fe: "Habrá un sólo rebaño y un sólo pastor." (Jn 10,16) Los profetas Isaías y Miqueas profetizaron que en los últimos tiempos todas las naciones vendrán a la casa del Señor. (Is 2,2-4; Miq 4,1-5) Los herejes regresarán a la Iglesia, los judíos, los musulmanes y paganos entrarán en ella. De cierto, esta victoria será iniciada por el triunfo del Inmaculado Corazón de María anunciado en Fátima.
7. Por último, aparecerán señales terribles en el cielo y una gran tribulación vendrá sobre los habitantes de la tierra. De acuerdo con las palabras de Cristo, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. (Mt 24, 29) La gente quedará sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo. (Lc 21,26) Estas últimas señales tienen el propósito de mover a los pecadores al arrepentimiento ante el juicio final.
Los primeros cristianos fueron imbuidos de la expectativa de los acontecimientos de los últimos tiempos. En la arena donde fueron martirizados, intimidaban a los espectadores con la venida de Jesús y el juicio como una cosa inminente. Varios, como el protomártir Esteban, vieron a Jesús en su gloria mientras eran atormentados de muerte. Muchos esperaban el martirio, para ver ya en este mundo a Jesús. Estos cristianos estaban tan seguros de la inminente llegada de Jesús que el apóstol Pablo tuvo que tranquilizarles en sus cartas. El fin aún no llega, escribió a los fieles de Tesalónica, porque antes debe venir la apostasía y aparecer el hombre de pecado, el hijo de la perdición. (2 Tes 2,3)
Que este Adviento nos llene del anhelo por Jesús a ejemplo de los primeros cristianos y nos de la fuerza de triunfar del mundo y de sus seducciones.
Padre Marc Gensbittel +