Recibir a Cristo - Palabras de Mons. Lefebvre

Nuestro Señor no está lejos de nosotros. Está con nosotros y en nosotros. En definitiva, todo depende de la actitud que tengamos con Él. Por supuesto, todo depende de la gracia de Dios, pero todo depende también de nuestra disposición a recibirlo en nosotros. ¿Estamos dispuestos a recibirlo, o hay una parte de nosotros (un área reservada) en la que quisiéramos que no entrara ni que penetrara su mirada?

Mirad ¿quiénes han sido las almas privilegiadas que han recibido realmente las gracias extraordinarias de Nuestro Señor, de Dios? Son las almas más sencillas e incluso diría, las almas más ignorantes. Podemos decir que tiene realmente preferencia por las almas sencillas y pobres, y por los niños. La mayor parte de las apariciones han sido a los niños.

Es lo que hace, felizmente, que las almas que no tienen una ciencia particular puedan ser tan santas como las personas versadas en teología, en sagrada Escritura y en todas las ciencias de la Iglesia. Por otra parte, es un gran consuelo saber que el amor de Nuestro Señor por nosotros depende de los dispuestas que estén nuestras almas a recibirlo, eso es todo.

Tenemos que meditar y pensar que nuestra santificación es algo muy sencillo. No hay que buscar a Nuestro Señor con consideraciones metafísicas y teológicas.

Normalmente, cuanto más estudiamos el misterio de Nuestro Señor, tendríamos que amarlo más y ser más de Él. Por desgracia, no es eso lo que suele suceder. Nos complacemos en la ciencia y en los dones naturales que Dios nos ha dado, y nos olvidamos de someternos humildemente a la luz de Nuestro Señor y a su amor, seguirlo con toda sencillez y hacer su voluntad.

+ Monseñor Marcel Lefebvre

Fuente: El misterio de NSJC