República Democrática del Congo: Un callejón sin salida
Los obispos de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, Fidele Nsielele, Marcel Utembi y Fridolin Ambongo.
La Conferencia Episcopal Nacional de la República Democrática del Congo (CENCO) ha puesto fin a las mediaciones entre el actual gobierno y sus oponentes. Los obispos afirman que es responsabilidad del jefe de estado proseguir con las negociaciones.
Los obispos de la República Democrática del Congo han dejado su cargo como mediadores para la implementación del acuerdo San Silvestre, y lamentan que las negociaciones llevadas a cabo en el Centro Interdiocesano de Kinshasa no hayan obtenido resultado satisfactorios para la población: "La falta de una verdadera voluntad política y la incapacidad de los representantes políticos y sociales de comprometerse" ha hecho imposible llegar a un acuerdo, declaró Monseñor Marcel Utembi Tapa, arzobispo de Kisangani y presidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo.
Los impedimentos que interrumpieron las negociaciones para la implementación del acuerdo del 31 de diciembre, están relacionados con la actual forma de designar al Primer Ministro, quien debe ser elegido de entre las filas de la oposición, y con el nombramiento del presidente del Concilio para la Supervisión de Acuerdos.
En este punto existen desacuerdos, no sólo entre la mayoría y la oposición, sino incluso dentro de la misma oposición.
En conclusión, el CENCO "exhorta a la implicación personal y responsabilidad del jefe de estado, como guardián del país, para apresurar la implementación del auerdo San Silvestre." Según lo establecido en el acuerdo, el jefe de estado congolés - cuyo mandato finalizó el 20 de diciembre - puede permanecer en el cargo, pero debe nombrar a un Primer Ministro del Rally, el principal grupo de la oposición.
Las consecuencias de la mediación de la Iglesia Católica en la crisis política del país fueron inmediatas: el domingo 2 de abril, un grupo de desconocidos saqueó el presibetrio de Paida, en la ciudad de Beni, ubicada en la provincia de Kivu del Norte. Tres sacerdotes, incluido el ecónomo, fueron torturados en sus habitaciones. Los asaltantes robaron dinero y computadoras, entre otras cosas. Fue un milagro que las víctimas no perdieran la vida. Las escuelas católicas cercanas también fueron allanadas; en una de ellas se almacenaba todo el material electoral de la Comisión Electoral Independiente. Desde entonces, los ataques contra la Iglesia Católica no han cesado.
Según la DEPADHO - una organización no gubernamental, al este de la RDC - el objetivo de estos ataques es "castigar" a los obispos por su participación política, que llevó a la creación del acuerdo San Silvestre.
Fuentes: Jeune Afrique/Fides – 4/25/17