Sábado de las Témporas de Cuaresma
La Transfiguración de Nuestro Señor
En este breve artículo, veremos la explicación de la colecta, epístola y evangelio del sábado de las Témporas de Cuaresma.
Se celebra la Estación en la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde el pueblo se congregaba por la tarde para asistir a la ordenación de los sacerdotes y ministros sagrados. Apellidábase este día Sábado de las doce lecciones porque se leían doce pasos de las Sagradas Escrituras como el Sábado Santo[1]. La Misa en que tenía lugar la ordenación se celebraba en la noche, ya empezado el domingo. Posteriormente se anticipó al Sábado esta misa de la ordenación; mas en recuerdo del uso antiguo no se señaló al Domingo otro Evangelio que el que hoy se lee el sábado, de donde resulta la repetición del mismo en ambos días seguidos. Ya hemos observado la misma particularidad el Sábado de las Témporas de Adviento, porque la Misa de la ordenación se adelantó asimismo ese día.
COLECTA
Doblemos las rodillas.
Suplicámoste, Señor, mires propicio a tu pueblo y apartes clemente de él los castigos de tu ira. Por el Señor.
PRIMERA LECCION
Lección del libro del Deuteronomio.
En aquellos días habló Moisés al pueblo, diciendo: Cuando hubiéres dado el diezmo de todos tus frutos, dirás en presencia del Señor, tu Dios: He tomado de mi casa lo que fue santificado, y lo he dado al levita, y al peregrino, y al huérfano, y a la viuda, como me lo has ordenado: no he despreciado tus mandatos, ni me he olvidado de tu imperio. He obedecido la voz del Señor, mi Dios, y lo he ejecutado todo según me lo mandaste. Mira desde tu santuario, y desde la excelsa morada de los cielos, y bendice a Israel, tu pueblo, y la tierra que nos has dado, como se lo juraste a nuestros padres, la tierra que mana leche y miel. Hoy te ordenó el Señor, tu Dios, que ejecutases estos mandatos y juicios, y que los guardases y cumplieses con todo tu corazón, y con toda tu alma. Hoy elegiste al Señor, para que fuese tu Dios y para seguir sus caminos, y para guardar sus ceremonias y sus mandatos y juicios, y para obedecer su imperio. Y el Señor te eligió hoy, para que fueses su pueblo escogido, como te lo dijo, y para que observases todos sus preceptos y para hacerte más excelso que todas las gentes que creó, para alabanza, y renombre, y gloria suya: para que fueses el pueblo santo del Señor, tu Dios, como Él lo dijo.