Salutaciones al Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María
Nuestra Señora de Fátima nos recuerda la última intervención misericordiosa del Corazón de María para salvar a los hombres y a las naciones. En Fátima la Virgen nos reveló su Corazón Inmaculado como arca de salvación, camino seguro y sencillo para llegar a Dios en estos tiempos de tanto peligro y desorientación, a cambio tan sólo, así lo ha prometido Nuestro Señor, de un amor sincero, de entrega y de reparación por las ofensas a su Corazón. El Corazón de Jesús quiere que, conjuntamente con su Corazón, sea venerado el Corazón Inmaculado de María: dos corazones que nos aman sin medida.
1º Os saludo, Corazón santísimo de María, con el coro de los Serafines, y os suplico que me alcancéis un corazón verdaderamente grande para amar y servir a Dios y para hacer bien a todos los hombres. Ave María...
2º Os saludo, purísimo Corazón de María, con los Querubines y os ruego me alcancéis una caridad llena de amabilidad. Ave María...
3º Os saludo, perfectísimo Corazón de María, con el coro de los Tronos, confiando que me obtendréis la gracia de ser compasivo de corazón. Ave María...
4º Os saludo, Corazón amantísimo de María, con el coro de las Dominaciones, suplicando me concedáis el verdadero fervor. Ave María...
5º Os saludo, Corazón rectísimo de María, con el coro de las Virtudes, esperando me concederéis la limpieza de corazón. Ave María...
6º Os saludo, Corazón fidelísimo de María, con el coro de las Potestades, y os ruego que me alcancéis la mansedumbre. Ave María...
7º Os saludo, Corazón clementísimo de María, con el coro de los Principados, esperando que me ayudaréis a ser humilde de corazón. Ave María...
8º Os saludo, Corazón piadosísimo de María, con el coro de los Arcángeles, confiando que me alcanzaréis fortaleza para cumplir siempre la santa Ley de Dios. Ave María...
9º Os saludo, Corazón prudentísimo de María, con el coro de los Ángeles, suplicando me alcancéis la paciencia y resignación en los trabajos y sufrimientos. Ave María...
iOh Corazón dulcísimo de María de quien he recibido continuamente tantas gracias, tantos beneficios y favores! Yo os venero y os doy gracias, y con ternura de hijo os estrecho contra mi pobre corazón . iAh!, permitidme, Madre mía,que con toda confianza os lo entregue;santificadlo con vuestra bendición y trocad lo en bello jardín donde pueda recrearse vuestro Santísimo Hijo. Amén.