Stat Crux, Stabat Mater
"Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará." No las "especulaciones vacías" ni "los cálculos inútiles que se extienden a frases pletóricas", sino el Inmaculado Corazón de la mujer que habló hace un siglo a los tres niños en Fátima, porque sólo pueden oírla aquellos que conservan su corazón como el de un niño.
Mientras las nubes negras se acumulan sobre la Iglesia, en donde la confusión doctrinal sólo empeora la terrible disminución de la práctica religiosa y la trágica crisis de vocaciones. Mientras más y más gobiernos legalizan el asesinato de niños en los vientres de sus madres y de la gente enferma, antes de llegar al final natural de su vida, la cruzada del Rosario, que comenzó el año pasado en la Fraternidad San Pío X continúa, y la Virgen María va peregrinando a través de todos los prioratos. Desde la perspectiva del mundo, ésta es una respuesta ridícula y un remedio desproporcionado dada la gran cantidad de males tan terribles.
“Stat Crux dum volvitur orbis.” "La Cruz permanece de pie mientras el mundo gira." Y al pie de la Cruz, stabat Mater, estaba de pie la Virgen María. No postrada ni derrumbada, sino de pie.
María Inmaculada, honra y gloria sea dada
a la Santa Trinidad: que entre todas las mujeres,
solamente tú eres la que atrajo su bondad.
¡Oh cuán dulce es su mirada, qué hermosa su bendición!
De sus labios inocentes manan gracias a torrentes,
que embriagan el corazón.
Mas no olvides, Madre hermosa,
darnos rayos de tu luz, pues de todos los cristianos,
te hizo Madre, entre dolores, nuestro Dios desde la Cruz.
Padre Alain Lorans