Toluca: Primeras Comuniones - 2024

Fuente: Distrito de México

Los fieles de la capilla San Pablo apóstol en Toluca tuvieron la alegría de celebrar el domingo 8 de septiembre la primera ceremonia de Primeras Comuniones en su misión. 
 

Toda la misión se puso de gala para este día tan esperado. Se trataba de la primera ceremonia de Primeras Comuniones que se celebraron en la capilla. Las generaciones anteriores siempre habían recibido la Primera Comunión con los niños del priorato de la Ciudad de México.

Los ocho niños fueron preparados durante varios meses y, luego de aprobar su examen, recibieron las gracias de sus primeras confesiones, ahora solo faltaba un pequeño retiro. El día anterior a la fiesta se reunieron los candidatos con el Padre y con su catequista para un pequeño retiro. Reflexionaron sobre su vocación de católicos, la grandeza de los sacramentos y rezaron juntos frente a la estatua de la Virgen de Fatima.

En la mañana del domingo tuvieron todos los fieles la gran alegría de poder adorar por primera vez a Nuestro Señor Sacramentado expuesto en la nueva custodia de la misión. Tantum ergo sacramentum veneremur cernui cantaban todos con profunda fe antes de recibir la bendición con el Santísimo. Después se formaron los niños para entrar en procesión con los acólitos y el Padre. La catequista los presentó y delante de todos dieron un vivo testimonio de su fe y de su deseo de recibir a Jesucristo Sacramentado. Durante el sermón el Padre habló sobre la presencia de la Virgen María al pie de la Cruz y en la Santa Misa. 

Y luego llegó el gran momento: juntos a sus padrinos, recibieron con profunda devoción al Nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía. 

Al finalizar la misa, la maestra reunió a los niños para agradecer tan gran gracia recibida de Dios y de la Virgen Santísima.

A la Santa Misa siguió un pequeño convivio con todas las familias con el platillo típico de mole y pollo. Y por supuesto no pudo faltar el pastel partido por la catequista. 

Que en estas pequeñas almas y en todos nosotros viva siempre la santa llama del amor por nuestro Dios, que es tan grande que se supo hacer pequeño para estar en nuestra alma cada día.

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