Un nombramiento significativo
La archidiócesis de Malinas-Bruselas tiene un nuevo obispo, Josef De Kesel, designado el 6 de noviembre. Sus declaraciones son más que inquietantes para los católicos...
La archidiócesis de Malinas-Bruselas tiene un nuevo obispo, Josef De Kesel (en la foto), designado el 6 de noviembre. Casi simultáneamente al anuncio de su nombramiento fue entrevistado por la publicación holandesa KerkNet, donde, interrogado por el resultado de la XIVª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, celebrada en el Vaticano del 4 al 25 de octubre, mostró sus satisfacciones y sus reticencias:
Tal vez el sínodo no ha producido los resultados concretos que se esperaban, como permitir que puedan comulgar los católicos divorciados y vueltos a casar. Pero es increíble hasta qué punto es un signo de lo que ha cambiado la Iglesia. Realmente la mentalidad ya no es la misma”.
Y por si fuera pequeña la amenaza de que el concepto de “misericordia” sirva para encubrir una traición a la verdad sobre dos sacramentos (eucaristía y matrimonio), he aquí que a monseñor De Kesel incluso ese concepto se le queda corto:
La misericordia es una palabra importante para mí, pero de una forma u otra sigue transmitiendo condescendencia. Prefiero tener como punto de partida palabras como respeto y aprecio por el hombre, que además podemos compartir los cristianos con la cultura dominante”.
Pocos días después, el 10 de noviembre, el cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, Gerhard Ludwig Müller, que ha mantenido la doctrina católica sobre ese punto, parecía estar pensando en este obispo y en esa cultura dominante al recordar, durante la misa inaugural de la 110ª asamblea plenaria del episcopado chileno, que “el trabajo de la Iglesia no es reflejar las opiniones de sus miembros. La tarea de la Iglesia es reflejar los puntos de vista de su cabeza y fundador: Jesucristo”.