Un sacerdote asesinado en Madagascar

Fuente: FSSPX Actualidad

Los repetidos ataques hacia personas consagradas en Madagascar alcanzaron un punto crítico con el asesinato de un sacerdote capuchino la noche del 22 al 23 de abril de 2017. Este dramático evento se ve agravado por un clima extremadamente tenso entre la Iglesia y el Estado.

Algunas semanas después del robo - seguido de abusos graves contra las hermanas - en el convento de las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette, en Antsahatanteraka, tuvo lugar un ataque a mano armada en la iglesia católica de Antsohihy. Los criminales iban tras la campana de la iglesia. Los ladrones de campanas se han vuelto cada vez más comunes, lo que buscan es derretir el metal y venderlo en el mercado negro.

Los encargados de la iglesia ya habían tomado la precaución de colocar la campana en un área segura para evitar este tipo de pérdida. Éste fue el tercer intento de robo de la campana.

En la noche del 22 al 23 de abril, los asaltantes atacaron primero al diácono, quien recibió una herida de bala en el tórax. La situación empeoró cuando el Padre Lucien Njiva, un capuchino de 46 años de edad, acudió al rescate del diácono, con una pistola en la mano. Los bandidos le dispararon, y murió en el acto. El diácono fue llevado rápidamente al hospital de Antsohihy, y afortunadamente no se encuentra en peligro de muerte.

El Padre Germain Rajoelison, secretario general de la Comisión para la Justicia y la Paz de la Conferencia Episcopal de Madagascar, expresó la inquietud de las iglesias locales por los repetidos ataques y robos perpetrados en las ciudades y en el campo. Los fieles también están preocupados.

Durante una visita a Antsohihy, el Primer Ministro Olivier Mahafaly, desató una intensa polémica al afirmar que existen "razones políticas" detrás de estos actos sacrílegos de violencia contras las hermanas y el asesinato del sacerdote capuchino.

Los repetidos ataques contra religiosos en el país deben entenderse en el contexto de la destrucción ocasionada por la corrupción y la crisis económica: las relaciones entre la Iglesia y el poder político son tensas, y la Iglesia no duda en criticar la corrupción imperante. El poder político libra una batalla con la Iglesia desde hace varios meses, y su objetivo es apropiarse de sus bienes temporales.

Fuentes: Fides – FSSPX.News 5/9/17