¡Un santo año 2022!
El anuncio a los pastores, Sano di Pietro (1406-1481), Siena
Desear un feliz año nuevo en este primer día del 2022 puede parecer poco real. Los nubarrones se han acumulado en tal cantidad sobre nuestras cabezas que todo el horizonte parece encapotado. ¿Y hasta cuándo terminará?...
Sin embargo, esto no puede impedir que el cristiano, el católico, permanezca en paz y desee un santo año. Porque, ¿quién o qué puede evitar que sea un año santo? ¿Quién puede ser más fuerte que Dios y su gracia? ¿Quién puede quitarle a Nuestro Señor Jesucristo, Dueño de todas las cosas, su poder y su gloria?
Y es cierto que su Divina Voluntad es que este año sea santo, independientemente de las circunstancias. Así que no nos dejemos abrumar por el miedo: incluso si hay razones humanas para temer. Confiemos en Él que todo lo puede y que nos ama infinitamente.
Lo único que debemos temer es el pecado. Por eso debemos redoblar nuestros deseos de que este 2022 sea un año santo. Un año santo solo puede ser un buen año.
Encomendémonos especialmente a San José, Protector de la Iglesia universal, que nos acompañará durante este año.
Encomendemos en particular estos tiempos humanamente inciertos que estamos viviendo a la Santísima Virgen y a su Inmaculado Corazón. Nuestra buena Madre ya escudriña nuestro futuro con su divino Hijo, para mitigar las adversidades y alcanzarnos la ayuda que necesitamos: ¡aquella a quien invocamos bajo los títulos de Auxilio de los Cristianos y Consoladora de los afligidos!
Imagen: Flickr / Jean Louis Mazières (CC BY-NC-SA 2.0)