Verdadero sacerdocio - Palabras de Mons. Lefebvre
He aquí unas palabras de Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, sobre el verdadero sacerdocio.
Hemos sido elegidos de un modo totalmente particular para ser sus discípulos y apóstoles. ¿Por qué extrañarnos que nos pida que llevemos la cruz que Él mismo llevó y que bebamos el cáliz que bebió? Es evidente que a los ojos de la fe los sufrimientos que soportan y soportarán nuestros sacerdotes, los sitúan en una misma línea recta de conformidad y semejanza con Nuestro Señor.
Se acusa a nuestros compañeros de que sublevan a la población contra sus jefes o gobernantes. Nuestro Señor también fue acusado de lo mismo: “Hemos encontrado a éste pervirtiendo a nuestro pueblo” (Lc 23, 2). Se acusa a nuestros sacerdotes de ser agentes del extranjero. También Nuestro Señor fue acusado de pertenecer a otro reino y al servicio de una causa extranjera: “Hemos encontrado a éste… diciendo que él es el Cristo, el rey”. “Nosotros no tenemos más rey que el César” (Jn 19, 15). Así sucede con todo cristiano: su bautismo lo hace ciudadano del reino de Dios y de la Iglesia Romana, y a causa de esta pertenencia millones de cristianos han sido martirizados. Muchos hubieran salvado su vida si hubieran renegado de tal filiación y pertenencia, pero la apreciaron más que la pertenencia a la ciudad terrena, aunque estuviesen entre los mejores hijos de la tierra. ¿Podemos dudar del amor de Nuestro Señor por su patria terrena, personificada en la Jerusalén que tanto amó? Y, no obstante, fue condenado como revolucionario y extranjero.
Se toleraría a los católicos y misioneros si aceptasen no pertenecer a otro reino. Si los católicos formaran iglesias cismáticas (es decir, únicamente sujetas a los gobiernos locales, que serían toleradas e incluso subvencionadas), estarían ayudando a los Estados en sus fines políticos.
Nuestra condición de sacerdotes y cristianos católicos y romanos es tal que, en todos los países no católicos y hasta a veces en los países con una mayoría de ellos, nos colocan en situación de extranjeros; si es verdad que queremos parecernos a Nuestro Señor, nuestro reino no debe ser de este mundo.
Monseñor Marcel Lefebvre - CARTAS PASTORALES Y ESCRITOS